El jardinero zuliano, refuerzo del Magallanes en la final, sabía que estaba muy cerca de alcanzar el récord de hits en la LVBP, pero en el tráfago del juego, olvidó guardar un recuerdo de su hazaña
Por Ignacio Serrano
El Nacional
Alex Romero supo este sábado, temprano, que estaba a las puertas de implantar un récord en la LVBP. No era una marca cualquiera. Es un tope que alguna vez estuvo en poder del legendario Víctor Davalillo y que en la última década reposaba en manos de René Reyes.
Alguien de su familia le habló del registro, cuenta. Fue en la mañana, horas antes del segundo juego de la final entre Magallanes, el equipo que hoy refuerza, y Aragua, la divisa que durante tanto tiempo defendió.
“Me di cuenta cuando me hablaron de esa situación”, admitió.
No más fiestas. No más proclamas. Costó sacarle al zuliano las palabras que hablaran de su logro personal.
“Salí a hacer mi trabajo y, gracias a Dios, los batazos salieron”, señaló.
Romero ha brillado en la postemporada con los turcos y está enrumbado a otra corona. Sería la primera que celebre con un uniforme diferente al de Aragua, la divisa con la que saltó al profesional.
“Es bastante bonito cuando ganas los dos primeros en la final y llegas a Maracay dos juegos a cero”, contó sobre el triunfo de los Navegantes este sábado, en Valencia. “Eso te hace pensar que es posible, en el peor de los casos, venir a jugar el sexto y el séptimo aquí, en casa. Eso te da alivio. Pero hay que seguir jugando. Nada se ha decidido”.
Agradeció a su familia por el apoyo que le han dado a todo lo largo de su trayectoria.
“Este es un récord personal me llena de mucho orgullo”, aceptó.
Pero aunque ya sabía que estaba detrás de la marca, y aunque aplaudió al escuchar la buena nueva a través de sonido interno del estadio, olvidó pedir la pelota, para guardarla como recuerdo.
“La verdad es que se me pasó en el momento”, rió. “No guardé la pelota ni nada”.
Le queda la vivencia y la memoria. Y una enorme cuenta de hits, que ya va por 115.
Publicado en El-Nacional.com, el domingo 24 de enero de 2016.