El Emergente
Por Ignacio Serrano
MARACAY
Los ocho equipos del beisbol venezolano se reunirán en febrero, para estudiar qué hacer con el formato de competencia.
Con la temporada a punto de terminar, todos tuvimos la oportunidad de evaluar el nuevo esquema por puntos y sus rondas de playoff.
En la liga hay simpatizantes del viejo sistema, con victorias como medidor del éxito, y se mantienen apoyos al conteo por puntos, que ya trajo peligrosas distorsiones; por ejemplo, que a algunas escuadras les conviniera perder el último día, dependiendo de los resultados combinados.
Ya dedicamos una columna al nuevo formato en la ronda eliminatoria. Hoy evaluaremos la postemporada.
El cambio fue drástico. Varias generaciones no conocían otra cosa que el todos contra todos. Ese round robin semifinal gustaba mucho, era más justo y tuvo su esplendor.
Los clubes votaron por su eliminación, debido a los costos y dificultades de traslados en la Venezuela de estos tiempos de crisis social y económica.
Dos cosas parecen seguras, hasta ahora: el round robin no regresará en la campaña 2016-2017 y las divisas no van a reducir el número de clasificados de seis a cinco.
Ambas cosas tienen apoyos y detractores entre la afición. No importa. Parecen decisiones tomadas y habrá que vivir con ellas.
La desaparición del todos contra todos trajo ahorro en logística y salarios. Posiblemente trajo también recortes en los posibles ingresos, porque aseguraba ocho encuentros como homeclub en enero y hoy sólo Aragua, La Guaira y Magallanes suman esa cifra (ojo, los Tigres apenas llegaron a su octavo compromiso con el segundo de la final).
Son menos taquillas. No hay garantía de disfrutar los llenos que traen las visitas de Leones y Navegantes, incluso habiendo clasificado ambos. Para Caribes, por ejemplo, eso marca diferencia. También para Tiburones, Bravos y bengalíes, e incluso para Cardenales.
Las series al mejor de siete juegos han recuperado el sabor y vértigo que por más de 100 años han mostrado las Grandes Ligas con la Serie Mundial, primero, y después con las Series de Campeonato y de División.
No son duelos justos. Antes, en la Serie Mundial chocaban sólo los equipos con mejor récord, uno por liga. Hoy, hemos visto campeones con menos de 90 triunfos, que accedieron a octubre por el comodín.
Ese vértigo, ese sabor, aún injustos, ha dado emociones constantes a enero. Tres de las primeras cinco series fueron a siete juegos. Varios equipos remontaron desventajas importantes. Algunos estadios por fin se comenzaron a llenar.
Incluso, el debatible juego del comodín entre dos derrotados de la primera vuelta, Anzoátegui y Margarita, ofreció un vértigo que compensó la feísima perspectiva de permitir que un derrotado avanzara a semifinal. Pese al problema del traslado, que se puede resolver con un ajuste en el calendario, al menos la tribu pasó por el bautismo de ganar para poder seguir con vida.
No seamos tan duros con esto último. Con el wild card de la MLB también avanzan los perdedores. Antes, sólo los ganadores de cada división iban a la postemporada. En 2015 avanzó uno que terminó en tercer lugar.
Quedan puntos por evaluar y días para hacerlo. Pero el nuevo formato, tan criticado al final de diciembre, le ha regalado emociones y un buen espectáculo a enero.
Publicado en El Nacional, el miércoles 27 de enero de 2016.