El Emergente
Por Ignacio Serrano
El nuevo sistema es complejo. El grueso de los aficionados todavía pide ayuda a través de las redes sociales. Y la verdad sea dicha: hasta los analistas estamos en ascuas.
¿La mejor prueba de ello? El viernes, las tres páginas daban distintos clasificados, según su propia interpretación de las condiciones de campeonato.
El torneo va raudo hacia los playoffs y el tema parece cada vez más complejo para el gran público.
Recapitulemos: hay dos mitades, como el fútbol con sus torneos de apertura y clausura. Cada mitad entrega puntos, de acuerdo con la ubicación en la tabla de ganados y perdidos. Y para definir los seis equipos que avanzarán, hay que sumar los puntos de cada mitad, olvidando en la cuenta final el total de victorias de cada quien.
Vaya un ejemplo. Margarita amaneció ayer con 24 ganados y 30 perdidos. En el esquema anterior, estaría en el séptimo lugar, a un juego y medio de la clasificación. En el esquema actual, es uno de los cuatro primeros clasificados, gracias a su buena ubicación en la tabla de la segunda mitad.
Caracas llegó al domingo con dos victorias más y cuatro derrotas menos que los Bravos. Lara tenía un triunfo más y cinco tropiezos menos que los insulares. Y sin embargo, de haber terminado el sábado la fase regular, las nuevas reglas habrían puesto a los Leones y los Cardenales a disputarse la vida en un juego extra, por las normas.
Hay quienes están contentos. Algunos ejecutivos consideran un acierto que los margariteños no hayan quedado prácticamente eliminados después de su desastroso inicio. Creen que esto es una prueba de las bondades del nuevo sistema.
Los clubes que aprobaron el cambio lo hicieron buscando eso. Claro que hay una ironía: la propuesta fue hecha en 2014 por las Águilas y en 2015 por los pájaros rojos, y resultó aprobada gracias al voto de última hora de los melenudos. Y resulta que hoy son estos tres elencos los principales amenazados con la eliminación.
En este proceso de ensayo y evaluación habrá que sopesar eso y varios otros asuntos delicados.
Va otro ejemplo, la asistencia a los estadios. ¿Estaría yendo la misma cantidad de público a los choques de La Guaira, en caso de no estar ya clasificados? Esos duelos contra Aragua y Magallanes, que también están dentro de los playoffs, ¿venderían más boletos, de no tener todos ya garantizados el pase a enero? ¿Hasta qué punto es la crisis económica y hasta qué punto es la falta de riesgo en la clasificación lo que ha vaciado parcialmente los parques?
Algo sí parece conveniente: abolir al menos el uso de los puntos para la próxima temporada. Porque al día de hoy, y aunque esto parezca sorprendente, hay interpretaciones distintas sobre cómo resolver empates múltiples al final de la eliminatoria. Y todavía la directiva de la LVBP no publica una interpretación que sirva para ejecutivos, medios de comunicación y aquellos aficionados que, más que ninguno, echan de menos la vieja ley de los ganados y perdidos.
Publicado en El Nacional, el lunes 14 de diciembre de 2015.