El Emergente
Por Ignacio Serrano
Luis Sojo acaba de ser ratificado como manager de la selección nacional de beisbol y asistirá al torneo Premier 12, en noviembre.
Sojo acaba de ser nombrado piloto de los Cañeros de Los Mochis y dirigirá al equipo mexicano a partir de octubre.
Hay una obvia coincidencia, que el ex timonel de Lara, Magallanes y Aragua ha saldado rápidamente: avisó a los aztecas que no pensaba renunciar a su compromiso con la Vinotinto y aquellos aceptaron a sabiendas.
Todo bien. ¿Verdad?
No necesariamente. Quedan planteados dos aspectos delicados a partir de ahora para el antiguo infielder y para la selección nacional.
He aquí el primero: el impacto que esto puede tener sobre la fase de preparación que debe cumplir el representativo criollo, antes de disputar el torneo mundialista que se llevará a cabo en el Lejano Oriente.
Edwin Zerpa, presidente de Fevebeisbol, ha dicho que existe un preacuerdo para que la Vinotinto se foguee en la liga paralela, viendo acción en una veintena de encuentros. Excelente.
El nombramiento de Sojo, de hecho, se basó sobre el hecho de que estaba disponible para conducir al grupo a tiempo completo, a diferencia de otros candidatos.
Esos choques de ajuste se disputarán, previsiblemente, desde finales de octubre y hasta mediados de noviembre. Hablamos de más de tres semanas de preparación, sin contar con los primeros días de práctica. Digamos que son cuatro semanas en total.
¿Quién estará a cargo de eso? Posiblemente sea el coach de banca, pero ¿es lo más conveniente que el manager no viva el proceso de alistamiento, que no sea su propio ojo el que evalúe los progresos, estancamientos y el potencial de cada jugador?
Esta inquietud se acentúa con el hecho de que Giovanni Carrara, el instructor de pitcheo de Venezuela, también estará ausente, pues será el coach de banca de Sojo en Los Mochis. ¿Es esto procedente? ¿Resulta intrascendente que Carrara trabaje a la distancia y se encuentre con su staff de lanzadores en el Lejano Oriente?
No es la situación ideal. Los primeros que llegan al spring training, cada año, son los miembros del cuerpo técnico, y son ellos quienes evalúan día a día la evolución de quienes buscan ganarse un cupo, así como el estado físico y el momento deportivo de quienes están llamados a ser titulares.
Según lo que está planteado ahora mismo, alguien llevará el proceso in situ, alguien más supervisará a los lanzadores y, por último, antes de comenzar el torneo, entregarán el mando a Sojo y Carrara.
Y aquí es donde entra el segundo aspecto delicado. El viaje a Japón.
Sojo advirtió a los Cañeros que su prioridad es la Vinotinto. Que en noviembre debe unirse a la escuadra nativa, porque es un compromiso previamente contraído por él. Está muy bien. Lo contrataron con esa condición y les toca asumirlo allá en México.
El beisbol, como la vida, es algo dinámico. ¿Qué pasará si en noviembre, al momento de marcharse temporalmente, Los Mochis está en una situación difícil, en plena racha de derrotas? Aunque sea algo ya acordado, ¿será aconsejable que el piloto deje la divisa para atender otros asuntos?
¿Cómo quedaría un estratega en una situación así? ¿Qué pasos pudiera dar una directiva en un disparadero semejante? Porque se irá el manager, sí, pero también quien debería ser su lógico sucesor, su coach de banca, Carrara.
Es un riesgo grande, en un país donde tienen poca paciencia con los estrategas extranjeros. Que lo digan Carlos Subero o Marco Davalillo, víctimas recientes de directivos aztecas.
Se trata de un riesgo mayor, si se quiere, dados los antecedentes en la LVBP. Integrantes del alto mando de los Tigres y los Navegantes creen que la carrera del petareño tomaría un impulso si dedicara toda su energía y atención al equipo que acepte conducir, pues habitualmente mantiene varios compromisos y responsabilidades en paralelo.
Este es el doble desafío al que se enfrenta Sojo, el reto que dentro de poco vivirán los Cañeros y nuestra Selección Nacional.
Publicado en El Nacional, el viernes 17 de julio de 2015.