Por Joaquín Villamizar
Historias del diamante
Hoy vamos a hablar acerca de algunos tips de beisbol en la historia de las Grandes Ligas entre 1950 y 1954.
Historias del diamante
Hoy vamos a hablar acerca de algunos tips de beisbol en la historia de las Grandes Ligas entre 1950 y 1954.
El 18 de octubre de 1950, días después de terminada la temporada, anunció su retiro el manager de los Atléticos de Filadelfia, Connie Mack, después de dirigir al equipo... ¡durante 50 años consecutivos! También era el dueño del equipo.
Los propietarios de las Mayores acordaron despedir al comisionado del beisbol, Albert “Happy” Chandler, y así lo anunciaron el 11 de diciembre de 1950. Pasó a la historia como el comisionado que permitió el regreso a la Gran Carpa de los peloteros afroamericanos.
Ahora les contaré una de las historias más curiosas de la historia de la pelota. El 19 de agosto de 1951, el bigleaguer más pequeño en la historia, Eddie Gaedel, de 26 años de edad, que sufría de Enanismo Proporcionado (no de Acondroplasia, que es la condición más frecuente) y medía 1 metro con 0922 centímetros, apareció a batear por los Carmelitas de San Luis. El dueño del equipo, Bill Veeck, uno de los más creativos que se recuerden en el beisbol, había preparado el asunto, con contrato y todo. Y en el cierre del primer inning, anunciaron que Gaedel saldría como emergente por el primer bate Frank Saucier, frente al lanzador Bob Cain, de los Tigres.
Contó luego Red Rolfe, manager de Detroit, que cuando Gaedel se paró en el home, Cain lo llamó a la lomita y le preguntó, sonriéndose: “¿Qué es esto? ¿Es broma?”. Rolfe le contestó: “Sólo lánzale”. Cain le dijo, amenazante: “Si este enanito me roza la bola... ¡me retiro del beisbol!”.
Cain tenía fama de poseer gran velocidad. El resultado fue cuatro bolas malas consecutivas. ¡Era tan pequeño, que no tenía zona de strike! Un pinch runner entró a correr por él en primera.
Will Harridge , el presidente de la Liga Americana se aterró, al conocer el caso, y dijo que ese viaje al home plate debía ser eliminado de los récords. No lo logró, pero fue prohibida la aparición de peloteros con condición de Enanismo en las Mayores.
El tercer comisionado, Ford Frick, fue nombrado el 20 de septiembre de 1951.
Ahora les voy a hablar acerca de la remontada más grande que equipo alguno ha hecho en la historia del beisbol. En 1951, los Gigantes de Nueva York perdieron hasta 11 juegos en fila en abril y estaban a 13 juegos y medio por debajo de los Dodgers para el 11 de agosto. Pero después de eso ganaron 16 veces consecutiva y llegaron al final de la temporada empatados con Brooklyn. Por eso, acordaron decidir en 3 juegos de playoff.
Los Gigantes ganaron el primero 3-1, en la casa de los Dodgers, el Ebbets Field, el 1° de octubre, con Jim Hearn sobre la lomita los 9 innings. Al día siguiente, en el Polo Grounds, ganaron los Dodgers 10-0 con pitcheo del novato Clem Labine, ayudado por 4 jonrones. Y entonces, el decisivo se jugó en el Polo Grounds, con los ases de las dos rotaciones, Don Newcombe, por los Dodgers, y Sal “El Barbero” Maglie, por los Gigantes (le decían así, ya que lanzaba tan rápido y pegado que “rasuraba a los bateadores”).
Los Dodgers estaban a 3 outs de ser campeones, porque ganaban 4-1, cuando los Gigantes aparecieron a batear en la segunda parte del noveno inning. Los fanáticos de los Gigantes soñaban con un milagro más. Y entonces surgió lo que ha sido calificado “el medio inning más memorable de la historia del beisbol”.
Después de un out, con corredores en primera y segunda, White Lockman bateó un tubey por encima de la cabeza del tercera base Billy Cox. Alvin Dark llegó a home desde segunda y Don Mueller llegó a tercera base, aunque al deslizarse se fracturó el tobillo derecho y fue sustituido por Clint Hartung. El juego se puso 4-2, con 2 en las bases.
El manager de los Dodgers, Charles Dressen, en la peor decisión de su vida, sacó al estelar Newcombe para traer a Ralph Branca, derrotado en el primer juego, para que relevase frente a Bobby Thomson, cuyo bate significaba la carrera de la victoria.
El primer lanzamiento fue strike cantado. Con el segundo envío estalló un escándalo de las 34.320 gargantas, mientras la bola volaba hasta más allá de la barda del leftfield. ¡Dejaron en el terreno a los Dodgers! ¡Todo el equipo de los Gigantes al terreno a festejar! El narrador Russ Hodges, del circuito de los Gigantes, más que emocionado, exultante, repetía mil veces: “The Giants win the pennant! The Giants win the pennant! The Giants win the pennant!”. Este batazo se conoce históricamente, como: “El jonrón que se escuchó en el mundo entero”.
Pero... no todo fue victoria para los Gigantes en 1951. Siete días después, los poderosos Yanquis de Nueva York les ganaron la Serie Mundial en 6 juegos.
En 1952, Ted Williams, uno de los bateadores más grandes que ha tenido el beisbol, que estuvo ausente 3 temporadas mientras cumplía sus responsabilidades militares en la Segunda Guerra Mundial, se reportó a los Marines para servir como piloto y estuvo 17 meses en la Guerra de Corea (imagínense los números que hubiese dejado si hubiese jugado todas esas campañas que se perdió por causa de los dos conflictos armados.
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En 1953, después de jugar durante 77 años en Boston, fue aprobada por unanimidad en la Liga Nacional la mudanza de los Bravos a Milwaukee. También éste año los Carmelitas de San Luis, que habían sido vendidos por Veeck, se mudaron a Baltimore el 29 de septiembre, para convertirse en los nuevos Orioles de Baltimore.
Recuerden que los primeros Orioles de Baltimore se convirtieron en los Highlanders de Nueva York en 1903, para finalmente pasar a ser llamados Yanquis de Nueva York en 1913 (10 años después de su llegada a la Gran Manzana).
También en 1953, el segunda base de Triple A en el Jacksonville, Hank Aaron, fue campeón de bateo y encabezó otros 7 departamentos ofensivos. Pero los Bravos no planeaban subirlo a las Mayores. Al lesionarse el outfielder Bobby Thomson, el mismo del tablazo contra los Dodgers en el Polo Grounds, llamaron de emergencia a Aaron, para nunca más bajarlo. Comenzó así su gloriosa carrera hacia el récord de 755 jonrones.
En 1954, por primera vez en la Gran Carpa, un latinoamericano fue líder bateador en las Grandes Ligas. Un mexicano de Veracruz, Roberto “Beto” Ávila, terminó con .341 en la Americana y así encabezó a los Indios, hasta llegar a la Serie Mundial. En la Nacional, Willie Mays fue el campeón con .345 de average.
Para esta temporada prohibieron a los peloteros dejar los guantes en el terreno, como lo habían hecho siempre cuando regresaban a batear. ¡En adelante, tendrían que llevárselos consigo al dugout!
El 8 de noviembre fue aprobada la mudanza de los Atléticos de Filadelfia a Kansas City.
El matrimonio del ex centerfielder de los Yanquis, Joe DiMaggio, y de la más atractiva y hermosa actríz de Hollywood para la época, Marilyn Monroe, en 1954, se rompió, sólo duró 9 meses. Quedó abolido en 5 minutos por un juez de Santa Mónica, California, Orlando Rhodes, el 27 de octubre. Se habían casado el 14 de enero de 1954. Ella demandó a DiMaggio acusándole de “trato muy frío”.
“Me casé con él ilusionada, porque iba a amarme con pasión, pero no ha sido así. Entonces, ¿para qué estar casada con él?”. Pero dijeron los más allegados que la verdadera causa del divorcio fue una cuestión de egos. Existe una historia emblemática: a finales de enero de 1954, ella se trasladó a Corea para entretener a las tropas estadounidenses acantonadas allí. La ovacionaron demasiado y cuando Joe la fue a recibir al aeropuerto, ella le contó: “¡Qué triunfo! ¿Te imaginas ser ovacionada por 100.000 personas?”. Y DiMaggio le contestó: “¡Sí, sí me lo imagino! ¡Te aseguro que me lo imagino!”. Es historia, amigos.
Joaquín Villamizar
Fuentes: “El turno más curioso de la historia”, del diario St. Louis Post-Dispatch, en agosto de 1951. Marilyn and her Life, por Linda Borglum. Cinco mil años de Beisbol, por Juan Vené.