El Emergente
Por Ignacio Serrano
Luis Valbuena llega al descanso del Juego de Estrellas como el venezolano con más jonrones conectados. Tiene 19, más que Miguel Cabrera. ¿Cuántos aficionados y analistas veíamos venir algo así?
El zuliano siempre tuvo fuerza. Esa fue la razón por la que los Marineros decidieron darle una oportunidad, cuando era adolescente y trataba de abrirse paso como receptor. Pero ¿ser el líder de la expedición criolla? Esa es otra historia.
Valbuena es una de las sorpresas felices de la embajada nacional este año. También es una sorpresa en otros aspectos, claro, pues batea para .199, únicamente tiene 36 empujadas y es el nativo con más ponches acumulados, 72.
El antesalista de los Astros sería un claro ganador en el renglón de lo inesperado, de tener menos ponches y más average. Todos sus números mejorarían a partir de allí.
Ha sido una campaña con agradables descubrimientos. No sólo se trata de los cuadrangulares de Valbuena. El vigoroso salto a las Grandes Ligas dado por los reclutas Williams Pérez y Eduardo Rodríguez se cuenta entre esas alegrías. Han mostrado dominio y resultados sobre la lomita, como si tuvieran larga experiencia.
La producción ofensiva de Freddy Galvis llegó a ser otro de esos capítulos elevados, cuando rondaba los .340 y sorprendía en la Liga Nacional.
Galvis cayó a territorios más humanos. Su colega Eugenio Suárez no. El campocorto de los Rojos fue subido después de la lesión sufrida por el titular Zack Cozart y desde entonces muestra una línea ofensiva de .311/.347/.478.
Suárez se parece más a una sorpresa agradable en todo sentido, porque no tenía cupo arriba y porque ha hecho el trabajo con el guante y el bate.
Franklin Morales también. Por primera vez, está traduciendo en hechos aquella etiqueta de súper prospecto que alguna vez tuviera, trocada después en promesa nunca cumplida.
El guariqueño tiene 2.52 de efectividad, con 2.94 de FIP, una efectividad ajustada que es 59 por ciento mejor que la media de la liga y apenas 7 boletos en 35.2 innings de relevo. El pitcher que tanto esperábamos.
Gerardo Parra y Ender Inciarte quizás valieran como sorpresas, también. En principio, cada uno aparecía como el cuarto jardinero de Milwaukee y Arizona, pero hoy son titulares con sólidas cosechas.
Lo de Parra en particular parece el nacimiento de una estrella. Veremos en qué escuadra termina y con qué recta final colabora, cuando sea cambiado de equipo, este mes.
Todas esas son noticias más o menos inesperadas y sin duda felices. Pero no hay en 2015 noticia menos esperada y feliz que la actuación de Francisco Cervelli.
Nunca pudo ser el dueño indiscutible de la receptoría en Nueva York y los Yanquis finalmente lo cambiaron a los Piratas. Allí comenzó como receptor a tiempo parcial, para terminar imponiéndose a tiempo completo y hacer un poco de todo, con y sin los aperos.
Cervelli es una figura indiscutible en Pittsburgh. Una ausencia notable en el Juego de Estrellas. Con una línea de .294/.366/.400 y un récord de innings consecutivos para la franquicia trabajando en cero junto a sus lanzadores.
¿Quién imaginaba en marzo que estaríamos diciendo esto en julio? El catcher carabobeño es, sin duda, la mejor de todas las buenas nuevas que nos han tomado por asalto en esta temporada.
Publicado en El Nacional, el martes 14 de julio de 2015.