Rubén Quevedo, ex lanzador de los Navegantes del Magallanes, que llegara a las Grandes Ligas en 2000, por entonces gran prospecto, murió repentinamente este martes, víctima de un infarto, dio a conocer el periodista Guillermo Arcay.
El carabobeño, nacido en Valencia hace apenas 37 años, tuvo una carrera mucho más corta de lo que esperaban los scouts, debido al gran talento que alguna vez mostró, y también se marchó de manera adelantada, a una edad en la que muchos de sus colegas aún se mantienen en acción.
Dio el salto con los Cachorros de Chicago y a partir de 2001 lanzó con los Cerveceros de Milwaukee. Hasta 2004 estuvo en las mayores.
Dejó marca de 14-30, con 6.15 de efectividad, aunque tuvo algunos momentos especialmente relucientes.
Se retiró del beisbol profesional hace alrededor de un lustro.
"Orgulloso de haber sido pelotero profesional, y mas de ser venezolano", decía su biografía en Twitter.
Quevedo firmó originalmente con los Navegantes del Magallanes y fue parte de aquella generación sobresaliente de jugadores turcos que asaltó la MLB entre mediados de los 90 y los primeros años del nuevo siglo.
A ese grupo pertenecieron también Richard Hidalgo, Melvin Mora, Edgardo Alfonzo, Freddy García, Oscar Henríquez y Carlos Guillén, entre otros muchos.
Con el equipo grande de los turcos lanzó en seis temporadas, aunque con muchas limitaciones de sus distintas organizaciones en el norte.
Siendo agente libre, y tras superar inconvenientes físicos, intentó regresar con los Tigres de Aragua. Su última zafra, la única con un uniforme distinto al de los eléctricos, fue la 2008-2009.
El último tuit de su vida luce hoy como una melancólica premonición. Fue hace algún tiempo. En ese mensaje final, dijo simplemente: "Buenas noches, mi gente".
Paz a su alma.
El carabobeño, nacido en Valencia hace apenas 37 años, tuvo una carrera mucho más corta de lo que esperaban los scouts, debido al gran talento que alguna vez mostró, y también se marchó de manera adelantada, a una edad en la que muchos de sus colegas aún se mantienen en acción.
Dio el salto con los Cachorros de Chicago y a partir de 2001 lanzó con los Cerveceros de Milwaukee. Hasta 2004 estuvo en las mayores.
Dejó marca de 14-30, con 6.15 de efectividad, aunque tuvo algunos momentos especialmente relucientes.
Se retiró del beisbol profesional hace alrededor de un lustro.
"Orgulloso de haber sido pelotero profesional, y mas de ser venezolano", decía su biografía en Twitter.
Quevedo firmó originalmente con los Navegantes del Magallanes y fue parte de aquella generación sobresaliente de jugadores turcos que asaltó la MLB entre mediados de los 90 y los primeros años del nuevo siglo.
A ese grupo pertenecieron también Richard Hidalgo, Melvin Mora, Edgardo Alfonzo, Freddy García, Oscar Henríquez y Carlos Guillén, entre otros muchos.
Con el equipo grande de los turcos lanzó en seis temporadas, aunque con muchas limitaciones de sus distintas organizaciones en el norte.
Siendo agente libre, y tras superar inconvenientes físicos, intentó regresar con los Tigres de Aragua. Su última zafra, la única con un uniforme distinto al de los eléctricos, fue la 2008-2009.
El último tuit de su vida luce hoy como una melancólica premonición. Fue hace algún tiempo. En ese mensaje final, dijo simplemente: "Buenas noches, mi gente".
Paz a su alma.