El Emergente
Ignacio Serrano
Diez ponches y un boleto. Juego completo, en un tiempo en que los abridores no van tan lejos. Cuatro hits, ante una toletería que incluye algunos de los mejores bates de la Liga Americana: Miguel Cabrera, Víctor Martínez, Nick Castellanos, J.D. Martínez.
¿Es Jhoulys Chacín una realidad?
El derecho zuliano lució como en sus mejores tiempos con los Rockies de Colorado, el lunes, contra los Tigres de Detroit.
Por primera vez en la Liga Americana, con los Ángeles de Los Ángeles, Chacín ha tenido altas y bajas en 2016. Más importante que eso, el diestro parece haber completado la recuperación de aquella lesión que sufrió en el hombro.
Porque los problemas físicos en esa zona del cuerpo pueden llegar a ser los más devastadores para un monticulista, los que requieren mayor tiempo de sanación y ponen en riesgo más carreras, porque del hombro depende la potencia con que se puede lanzar la pelota.
No es casual que un serpentinero tire la recta con tanta o mayor velocidad después de una reconstrucción del codo, con la cirugía Tommy John, mientras que un problema en el manguito rotador, el labrum o la cápsula puede dar al traste con el más hábil de los monticulistas.
Wilson Álvarez estaba en la cima de las Grandes Ligas y acababa de firmar el mayor contrato para un zurdo, en 1998, cuando debió ser intervenido del hombro; luego de eso, sólo pudo tener un éxito relativo como relevista.
Kelvim Escobar vio cortado su recorrido en las mayores por repetidas cirugías en el hombro. No pudo despedirse sobre un morrito, como anhelaba.
Freddy García y Johan Santana también sufrieron las consecuencias de tener daño importante en esa parte del cuerpo. Ambos pudieron volver con relativo acierto, pero sin ser aquellos ases de su mejor época.
Chacín no tuvo que someterse al bisturí, para su fortuna, pero debió seguir una larga rehabilitación para evitarlo. Fue un proceso tan complejo, que no sólo perdió casi todo 2014, sino también la primera mitad de 2015.
No es casual que él y Henderson Álvarez hayan sido dejados en libertad por los rocosos y los Marlins de Miami, respectivamente, a pesar de haber sido los ases de sus divisas y estar ambos bajo control contractual, al momento del despido.
Ni unos ni otros querían correr el riesgo de pagar varios millones de dólares por pitchers de futuro indescifrable. Prefirieron pasar.
Chacín ha tenido varios momentos altos en lo que va de zafra y, finalmente, parece dejar atrás toda duda. Las estadísticas reflejan los saltos que ha sufrido en el camino. Pero la velocidad de sus pitcheos habla con mayor claridad. Y sólo tiene 28 años de edad.
Ha soltado la recta a 89,9 millas por hora, tanto como en 2013; el slider le ha caminado a 82,2, tanto como en 2012; la curva le ha caído a 78,6, tanto como en 2011; el cambio ahora viaja a 84,1, como en 2011; y añade una recta cortada que no tenía, a 87,1 millas por hora.
Fredi González, su manager en Atlanta, se lo llevaba a las duchas después de cinco, a veces seis innings. Él siempre dijo que podía ir más. Mike Scioscia, su piloto en Anaheim, admitió hace dos semanas que dudaba si dejarlo para el octavo episodio, pues no sabía cómo iba a reaccionar.
Ahora sabe. Sabe que está sano, que el hombro está bien y tiene gasolina en el tanque.
El antiguo as de Colorado está de vuelta.
Publicado en El Nacional, el miércoles 1° de mayo de 2016.