El Emergente
Por Ignacio Serrano
(Escribí esta columna en octubre. Reitero su publicación hoy, al llegar el venezolano a 400 salvados y hacer historia nuevamente en las Grandes Ligas.)
Francisco Rodríguez es el pitcher que más rápidamente ha llegado a 350 salvados en la historia de las Grandes Ligas. Es el lanzador activo con más rescates. Es dueño del récord de 62 en una temporada.
Francisco Rodríguez es el pitcher que más rápidamente ha llegado a 350 salvados en la historia de las Grandes Ligas. Es el lanzador activo con más rescates. Es dueño del récord de 62 en una temporada.
Ha sido excepcional en el corto plazo, si se toma su mejor campaña, esa de 2008, y también en el largo término, si se ve su desempeño desde su debut, en septiembre de 2002.
Tiene todo para aspirar algún día a una placa en el Salón de la Fama de Cooperstown, ¿verdad?
No es fácil responder esa pregunta.
El caraqueño llegó a este último fin de semana con 38 salvamentos en 40 intentos. Mantiene su alto promedio de ponches, más de uno por inning. Tiene 2.25 de efectividad.
Su historial es brillante. Pero los votantes han demostrado ser reacios al decidir la inmortalidad de los relevistas.
Unas pocas leyendas bomberiles tienen un lugar en el pabellón, nombres como Rollie Fingers, Rich Gossage o Bruce Sutter.
Dennis Eckersley es el único en el grupo de 10 monticulistas con 350 salvados que además tiene un sitio en Cooperstown. ¿Por qué?
En parte porque no todos han sido sometidos a la votación: Billy Wagner (422) entrará a la papeleta este año; también Trevor Hofman (601); Mariano Rivera (652) será elegible a finales de 2018; el Kid (386) y Joe Nathan (377) aún no se retiran.
Los casos de Wagner y Hoffman servirán para replantear el debate. Al menos el segundo es considerado una fija, aunque el primero también dejó números brillantes.
Las cifras que indican dominio, no los rescates, parecen ser la baza que atrae a los votantes. No parece casual que antiguos astros como Lee Smith (478 salvamentos) y Jeff Reardon (367) sigan fuera, pues si bien sumaron muchas zafras preservando 30 o 40 lauros, a veces lo hicieron también con efectividades superiores a los 4.00 puntos.
Rodríguez tiene el dominio. Ha ponchado a más de 10 por cada 9.0 tramos, su efectividad ajustada es 56 por ciento mejor que la media de su tiempo (la de Hoffman es “apenas” 41 por ciento superior) y ha sido capaz de reinventarse, con una sola temporada mala en las 14 ya disputadas, la de 2012.
Rivera va a estar en Cooperstown. Se retiró con 2.21 de efectividad y 205 de efectividad ajustada, récord de todos los tiempos. Cerró 952 encuentros, otra marca absoluta. Salvó más duelos que nadie. Su WAR de 56,6 (según Baseball Reference) es bueno para un pelotero de posición, no hablemos de uno que sólo apareció en un inning por partido.
Quizás el WAR termine siendo más importante al momento en que el Kid sea elegible. O quizás no. El venezolano tiene 23,5 y va en camino de alcanzar o superar a los mejores cerradores de todos los tiempos, Hoffman incluido (28,0), con las excepciones del gran Gossage (41,8) y el genial panameño.
Rodríguez debe superar los 392 salvamentos de Eckersley en abril. A comienzos de esa próxima campaña será el pitcher más joven con 400 rescates. No es imposible que cierre 2016 entre los cuatro mejores de la historia, por arriba de John Franco y Wagner. Y apenas tiene 33 años de edad.
¿Entonces? ¿No es ya un caso debatible para el Salón de la Fama? Sin duda que sí. Pero el criterio actual de los votantes aún no le garantiza una placa.
Necesita convencer a los escépticos. Necesita seguir sumando con esa consistencia que ha hecho de él un apagafuegos excepcional.
Publicado en El Nacional, el domingo 4 de octubre de 2015.