El Emergente
Ignacio Serrano
¿Qué le pasa a los Astros de Houston? ¿Por qué la sorprendente divisa de 2015 va camino a ser la decepción de 2016?
José Altuve ha puesto de su parte, sin duda, y ciertamente ha ayudado más a la causa de los siderales ahora que la temporada pasada, dado que sus registros son superiores hoy. Pero, a casi dos meses de haber comenzado la acción, su escuadra se encuentra en medio de un pantano, con más derrotas que victorias, viendo alejarse quizás irremediablemente a los rivales de división.
¿Fue un espejismo lo ocurrido el campeonato pasado? ¿Han vuelto a la realidad los texanos? ¿O podemos esperar un rebote en los dos tercios que quedan en el calendario?
El tiempo para una reacción se agota. La existencia de dos comodines en cada liga permite pensar en una posibilidad de redención en lo que queda de trecho, pero el momento para reaccionar es ahora.
La rotación está en deuda. No sólo porque Dallas Keuchel tiene 5.92 de efectividad, meses después de recibir el premio Cy Young; también están sobre cuatro puntos Michael Fiers, Doug Fister y Collin McHugh.
Eso no es razonable. Los cuatro tienen buenos antecedentes y al menos los tres primeros han dado muestras de ser pitchers sobresalientes durante varias campañas.
El desplome de Keuchel, en particular, resulta emblemático. Anda con marca de 2-6, todo lo contrario al año pasado. Veamos, si no: por estas fechas, hace 12 meses, tenía récord de 6-0 y 1.98 de efectividad.
La caída generalizada de los abridores justifica en buena medida el último lugar en la tabla del oeste en la Liga Americana. No se puede sostener una batalla con un quinteto así, a menos que el bullpen y el lineup tengan un desempeño sobresaliente.
Pero no es el caso de los relevistas. Luke Gregerson y Pat Neshek, los principales apagafuegos, rondan los cuatro puntos. Y la alineación está en deuda.
Ha habido poca producción detrás de Altuve. El campocorto Carlos Correa (.253 de average y .766 de OPS) estaba llamado a ser una bujía; Carlos Gómez (.182, sin jonrones) ha sido una lágrima; Evan Gattis (.244, con 11 impulsadas) ha estado lesionado la mitad del tiempo; Luis Valbuena (.197, con 10 remolques) anda con dos cuadrangulares, contra nueve que mostraba hace exactamente 12 meses.
Hay razones para no esperar altos averages de los bateadores de los Astros en los siguientes cuatro meses, salvo por el caso del camarero aragüeño. Pero los antecedentes sugieren que al menos deberían embasarse más, y que una ración doble de extrabases está por llegar.
Pitchers como Keuchel deberían mejorar, pero también Fiers, Fister y McHugh. Están por debajo de los números que se esperan de ellos, incluso si terminan con una cosecha por debajo de 2015.
¿Bastará un simple rebote para entrar a los playoffs? Parece que la distancia con los Marineros es muy amplia para eso, y dentro de poco podría pasar otro tanto respecto a los comodines.
¿Un año perdido? Tampoco es tiempo para tirar la toalla. Dependerá, en parte, del tamaño de la reacción de Keuchel y los suyos, y de que no se desprendan tanto los rivales que persiguen.
Algo sí está claro: para poder pensar en octubre, están obligados a despegar ya. De lo contrario, deberán comenzar a pensar en abril y dar esta zafra por terminada, a pesar de que mayo apenas está por terminar.
Publicado en El Nacional, el martes 24 de mayo de 2016.