El Emergente
Ignacio Serrano
Como Pablo Sandoval no jugará más en 2016, no tiene forma de impedir que esta temporada quede como una enorme deuda en su cuenta personal, un torneo perdido, en el que únicamente consumió seis turnos, sin hits, con cuatro ponches y un boleto.
Otros sí tendrán esa segunda oportunidad. Quedan un poco más de dos tercios de campaña, para reponerse de inesperados inicios y conseguir los números anhelados.
Eso vale, por ejemplo, para Luis Valbuena. ¿Quién se esperaba un comienzo así para el infielder zuliano?
Valbuena fue incrementando su total de jonrones a partir de 2013, pasando de 12 a 16 y finalmente a 25. A pesar de que con su largo swing también suma muchos ponches, lo que incide en averages por debajo del promedio de la liga, aseguró un lugar como titular de los Astros, pues, además, tiene un guante sobresaliente.
Ese slugger en ascenso llegó al fin de semana con sólo 3 cuadrangulares en 2016 y una línea ofensiva de .198/.290/.319. Todavía suma boletos, porque mantiene su reconocida disciplina en el home, pero faltan los hits y esos extrabases que le ayudarían a lograr un buen contrato a partir de noviembre, si se declara agente libre.
Carlos Pérez no se ganó un lugar en Anaheim por su ofensiva, pero ha ligado menos de lo esperado y ha dejado de ser el titular a tiempo completo.
El receptor de los Ángeles amaneció el sábado con el average más bajo entre todos los bateadores criollos con al menos 80 apariciones en el plato. Su línea era de .179/.228/.274, lo que supone un peligro para su continuidad, aunque su defensiva le haya granjeado las simpatías de su manager, Mike Scioscia, que sabe de qué se trata eso, porque él mismo fue un catcher de valía en la MLB.
Franklin Gutiérrez también está en deuda consigo mismo, sobre todo porque su bate tronó con fuerza en los entrenamientos primaverales y se encuentra saludable.
El Guti tuvo un regreso en grande el año pasado, pero ha pasado de batear .292/.354/.620 a .176/.295/.275. Otra prueba de ese bajón está en la suma de vuelacercas. A su vuelta, entusiasmó verle sonar 14 en 59 choques. En sus primeros 25 cotejos únicamente largó uno, esta vez, antes de largar un mostruoso tablazo el sábado, en su vigésimo sexto duelo.
En algún momento se citó a Alcides Escobar en este grupo, y ciertamente es mucho lo que se le pide a un primer bate, especialmente cuando juega con el equipo que ganó la pasada Serie Mundial.
Curiosamente, y a pesar del prolongado slump que ha sufrido, con algunos puntos altos, el campocorto tiene números más o menos semejantes a 2015 y prácticamente el mismo OPS (.619 ahora contra .614 entonces).
De Salvador Pérez también podría sospecharse algo parecido, especialmente porque su average es .245, con la fortuna de que mucho han ayudado a Kansas City, y a su propia imagen, los 7 vuelacercas que ha dado y su liderato de ambas ligas con más corredores puestos fuera en intento de robar.
Hay otros toleteros por debajo de .200 o en las inmediaciones, como Ender Inciarte y Miguel Montero. Así como pasa con Pérez, ambos aportan con su defensiva muy por arriba de sus pares.
Inciarte es uno de los jardineros de más alcance en la Liga Nacional y Montero es uno de los catchers que convierte en strike más pitcheos que caen fuera de la zona. Y tienen por delante dos tercios de temporada, para poner también las cosas en orden con su ofensiva.
Publicado en El Nacional, el domingo 22 de mayo de 2016.