Martín Prado recibió permiso de los Marlins para ausentarse por el nacimiento de su hija. Desde su regreso a la acción, suma 15 hits, y su average de .410 es hoy el mejor de la Liga Nacional
El Nacional
Martín Prado tenía .326 de average el 20 de abril, la víspera del nacimiento de su primera hija. Al día siguiente, disputó su último encuentro con los Marlins de Miami, antes de poder cargar a la pequeña entre sus brazos e iniciar una racha con el madero que le tiene hoy como el mejor bateador de la Liga Nacional.
Prado estuvo cuatro días ausente del clubhouse de los peces, mientras disfrutaba la llegada de la nueva integrante de su familia. Y desde que regresó lo ha celebrado con fuegos de artificio, como lo demuestra ese average de .410 con que ayer amaneció como líder del viejo circuito.
El antesalista de Maracay sacudió 15 hits en los 28 turnos que siguieron a su paternidad, una vez que volvió al roster activo. Entre esa metralla incluyó cinco encuentros multi hits de manera consecutiva, nada menos.
Lo más notable es el kilometraje que debió recorrer para estar al lado de su esposa y regresar luego a la novena, pues recorrió Estados Unidos de costa a costa, dos veces.
“Llegamos a San Francisco (el jueves 21 en la noche) y me llamaron a las 3 de la mañana”, relató el aragüeño a MLB Network. “¿Quién podía llamar a esa hora? Yo estaba muy dormido”.
Era el telefonema familiar, con el aviso esperado. A 4.800 kilómetros de distancia, su hija estaba por nacer.
“Todo el mundo estaba del otro lado de país”, recordó Prado, con sonrisa de ojos brillantes. “Afortunadamente, mi agente pudo hallarme un ticket para volar al lado de mi esposa. De hecho, llegué a tiempo para el alumbramiento. Fue muy emocionante. El tiempo que pasé con ellos fueron muy felices. Y tuve chance de descansar el día antes de reincorporarme al equipo”.
La inyección amorosa y el descanso en el avión a Los Ángeles, antes de volver a sus tareas normales, han probado ser un bálsamo para su producción. Por primera vez desde 2010, cuando asistió al Juego de Estrellas, emerge como un serio candidato al título de bateo, al menos después de un vigoro abril.
Hace seis años, con los Bravos de Atlanta, cerró en el séptimo puesto de la Nacional, con .307 de average, y ocupó la novena casilla entre los peloteros más votados en el premio al Jugador Más Valioso.
La línea ofensiva de Prado ahora es tan primorosa como la niña a la que volvió a ver ayer, cuando retornó a su casa, en Miami, luego de completar la gira de los Marlins por Los Ángeles y Milwaukee. Batea para .410/.447/.487, con .934 de OPS.
A sus 33 años de edad, parece más feliz que nunca. Y más productivo, también.
Ignacio Serrano
Publicado en El Nacional, el martes 3 de mayo de 2016.