Hasta el cerrador Jonathan Holder, el joven relevista que terminó la joya iniciada por el venezolano Ronald Herrera, quería que fuera el abridor criollo quien completara la hazaña del juego sin hits ni carreras, que finalmente consiguieron a dos manos, luego de que el relevista sellara la victoria del Trueno de Trenton con un noveno inning perfecto, la noche del martes.
Herrera declaró al diario The Trentonian que deseaba subir a la lomita para terminar lo empezado, a falta de sólo tres outs, pero admitió que el cuerpo técnico estaba cuidándole, luego de llegar a 105 pitcheos en el octavo tramo.
"Es muy difícil decirle a un joven en esas circunstancias que todo terminó", confesó el manager Bobby Mitchell, que tomó la decisión, dijo, por el bien del serpentinero. "Él es muy tranquilo y callado, pero obviamente tuvo un gesto de desagrado".
Holder también mostró incredulidad.
"Cuando llamaron al bullpen y me pidieron que empezara a calentar, pensé: ¿esto no atenta contra las reglas de un no-hitter, o algo por el estilo?", declaró el cerrojo. "Traté de mantenerme enfocado. Y cuando me llamaron, decidí hacerlo bien por él. Se lo merecía. Lanzó tan, pero tan bien. Fue muy entretenido verlo sobre el montículo".
Herrera aseveró que sus progresos, con 1.29 de efectividad este año y casi una joya sin imparables, se deben al trabajo realizado en el receso entre temporadas.
"Me esforcé mucho", comentó. "Me mantuve muy enfocado en trabajar, porque sé que si me esfuerzo al ciento por ciento, los resultados van a verse".
"Al principio del encuentro no tenía tanto control sobre la recta, así que me mantuve sacando outs con el cambio de velocidad", agregó. "Ese lineup tiene muchos zurdos. Finalmente, cuando mi recta empezó a funcionar mejor, pude apoyarme en esos dos pitcheos para tener este resultado".
Herrera ponchó a cinco, dio dos boletos y golpeó a un bateador.
Ignacio Serrano
Herrera declaró al diario The Trentonian que deseaba subir a la lomita para terminar lo empezado, a falta de sólo tres outs, pero admitió que el cuerpo técnico estaba cuidándole, luego de llegar a 105 pitcheos en el octavo tramo.
"Es muy difícil decirle a un joven en esas circunstancias que todo terminó", confesó el manager Bobby Mitchell, que tomó la decisión, dijo, por el bien del serpentinero. "Él es muy tranquilo y callado, pero obviamente tuvo un gesto de desagrado".
Holder también mostró incredulidad.
"Cuando llamaron al bullpen y me pidieron que empezara a calentar, pensé: ¿esto no atenta contra las reglas de un no-hitter, o algo por el estilo?", declaró el cerrojo. "Traté de mantenerme enfocado. Y cuando me llamaron, decidí hacerlo bien por él. Se lo merecía. Lanzó tan, pero tan bien. Fue muy entretenido verlo sobre el montículo".
Herrera aseveró que sus progresos, con 1.29 de efectividad este año y casi una joya sin imparables, se deben al trabajo realizado en el receso entre temporadas.
"Me esforcé mucho", comentó. "Me mantuve muy enfocado en trabajar, porque sé que si me esfuerzo al ciento por ciento, los resultados van a verse".
"Al principio del encuentro no tenía tanto control sobre la recta, así que me mantuve sacando outs con el cambio de velocidad", agregó. "Ese lineup tiene muchos zurdos. Finalmente, cuando mi recta empezó a funcionar mejor, pude apoyarme en esos dos pitcheos para tener este resultado".
Herrera ponchó a cinco, dio dos boletos y golpeó a un bateador.
Ignacio Serrano