El Emergente
Ignacio Serrano
Oswaldo Arcia reclama la titularidad en Minnesota, a fuerza de batazos. Entre el 16 y el 20 de abril bateó para .400/.455/.700, con dos jonrones y cinco empujadas, a pesar de lo cual volvió a la banca y sólo tomó tres turnos desde entonces.
La tórrida exigencia de Arcia no es la razón por la que encabezamos con él esta columna. En realidad, son sus ponches. A pesar de tan caliente momento, el anzoatiguense no ha podido evitar sufrir por el virus del tercer strike.
¿Importa eso? Ya volveremos sobre eso. Pero primero, los hechos, y es que el jardinero de los Mellizos ha sido out por la vía de los tres strikes en cada uno de sus nueve encuentros esta temporada.
Arcia podría reducir los abanicados, buscando mayor average. Pero quizás bajarían también sus extrabases.
Habrá quien diga que no importa cuántas veces es fusilado, mientras produzca. Y eso, en cierta medida, es cierto.
El toletero zurdo nos puso a buscar en Baseball Reference cuál es el récord de más juegos consecutivos con al menos un ponche recibido para un venezolano.
La marca, vaya sorpresa, pertenece a Miguel Montero. El receptor caraqueño fue guillotinado en 17 compromisos al hilo, lo que llama la atención, tratándose de alguien que no hace un swing tan largo.
El receptor que hoy pertenece a los Cachorros sufrió esa seguidilla entre el 14 de junio y el 4 de julio de 2014.
Detrás de Montero viene Bob Abreu, con 16. El Comedulce fue un toletero de buenos promedios, pero con tendencia a fallar por esta vía, debido a su desmesurada paciencia. Como no temía a batear con dos strikes, con frecuencia era víctima del tercero.
¿Importa eso? Lo preguntábamos más arriba, en el caso de Arcia. Y la teoría dice que sí. O al menos, dice que conviene moderar esa tendencia, a fin de poder poner más pelotas en juego y elevar la posibilidad de estar en circulación.
Abreu, sin embargo, es una contradicción en sí mismo. Sólo Miguel Cabrera, entre los venezolanos, tiene un mejor promedio de embasado que él, que se retiró con .395, sin contar con que hasta 2010, cuando cumplió 36 años de edad, aún exhibiía .400, la raya de la excelencia, con .296 de average.
El aragüeño no vivió un simple slump, entre el 10 y el 27 de agosto de 1998, cuando hilvanó aquella seguidilla de 16 cotejos recibiendo al menos un ponche en cada duelo. A diferencia de Montero, que en su cadena bateó para .224/.278/.343/.621, el nativo de Turmero trituró la pelota cuando pudo conectar, al punto de que su línea ofensiva fue de .310/.412/.603/.1.015.
Esta racha de Arcia para empezar la zafra se parece más a la de Abreu que a la de Montero, con .258/.343/.452/.794. Ni brillante ni mediocre; en el medio.
Como el motor de búsqueda de Baseball Referencepermite conseguir eso y más, buscamos al venezolano con más hileras de 10 choques con al menos un ponche recibido. ¿Saben con quién nos topamos? Con uno de los mejores maderos de todos los tiempos.
Andrés Galarraga sufrió ocho cadenas así, por cinco de Abreu y cuatro que lleva Arcia.
Así que la tendencia del joven patrullero de los Mellizos no es una condena, si es capaz de chocar la pelota con fuerza cuando no abanique la brisa, como hicieron el Gato y el Comedulce.
Por lo pronto, pide espacio con sus batazos, para poder demostrarlo,
Publicado en El Nacional, el martes 26 de abril de 2016.