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Eugenio Suárez: ¿espejismo o realidad?

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El Emergente
Ignacio Serrano

Eugenio Suárez largó cuatro jonrones en los primeros seis juegos de los Rojos. Igualó el mejor inicio para un venezolano en media docena de encuentros.

Andrés Galarraga hizo algo así. Es uno de los mejores bateadores criollos de todos los tiempos. El otro que lo consiguió es Alex González, gran shortstop, pero un toletero que en su carrera dejó una discretísima línea ofensiva de .245/.290/.395.

¿A qué grupo pertenece el actual antesalista de Cincinnati? Su manager Bryan Price dice que no le ve agujeros en el swing. Que sufrirá algunos bajones, como todos, pero que es una realidad.

¿Lo es? A los 24 años de edad, el guayanés todavía está en crecimiento. Esta es su tercera temporada en las mayores, pero la primera completa.

El poder es lo último que se desarrolla, recuerdan los scouts. Por eso son tan poco comunes las cosechas de 30 vuelacercas en las menores.

La disciplina también demora, cuando se debe aprender (y no siempre se aprende). Para algunos, como Bob Abreu o Roberto Petagine, era una habilidad innata. Miguel Cabrera tuvo .366 de OBP en sus primeras tres zafras y mejoró a .408 desde la cuarta en adelante.

Galarraga ligó para .274/.345/.465 mientras jugaba en las sucursales. Dos veces sacudió sobre 20 jonrones. No parecen cifras de un futuro campeón bate, aunque terminó ganando los tres componentes de la Triple Corona en la MLB, en años distintos.

El promedio de embasado del Gato en las granjas fue 70 milésimas superior a su average. Allí había una pista de su disciplina. Su slugging era claramente prometedor.

Suárez, siendo shortstop, bateó para .276/.361/.417 en las filiales de los Tigres y los Rojos. Tanto en 2012 como en 2013 sumó 60 bases por bolas o más. La brecha entre su average y su OBP fue de 85 milésimas.

Sus números en las mayores no son tan auspiciosos, con .269/.320/.420. Pero la bruma de su primera experiencia quizás nuble la vista.

Volvamos a Galarraga: entre 1985 y 1986 apareció en 129 juegos. En ese lapso, su promedio de embasado fue de .318, muy cerca de Suárez. De hecho, la línea toda del caraqueño fue de .255/.318/.381 en esas dos justas, con 24 y 25 años de edad.

El nativo de Puerto Ordaz vio acción en 182 encuentros entre 2014 y 2015, con promedios de .265/.315/.403. Su OPS superó al grandullón de Chapellín por 19 milésimas, ¿qué tal?

Por supuesto que estamos hablando de jugadores diferentes. Uno fue inicialista siempre, el otro acaba de mudarse del short a la esquina caliente. Pero en Detroit siempre vieron al bolivarense como un paracorto de perfil ofensivo. Su guante no parece tan fino, ni su alcance tan notable, como el de Zack Cozart, por ejemplo.

La lesión de Cozart le abrió la puerta en Cincinnati el año pasado. El cambio de Todd Frazier le permitió mantener un lugar en el lineup, ahora en la antesala.

Este vigoroso inicio de Suárez hace pensar en una cosecha de 25 vuelacercas o más. ¿Es eso posible? ¿O estamos ante un espejismo?

Ha mostrado tendencia a poncharse más de la media, lo que no ayuda, y sólo tomó 17 bases por bolas en el anterior campeonato. Si eso se convierte en tendencia, seguirá el camino de Alex González.

Pero aunque no llegue a ser el nuevo Galarraga, será un madero respetable si evoluciona a partir de sus tendencias en las menores. Será entretenido verlo.

Publicado en El Nacional, el miércoles 13 de abril de 2016.

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