Félix Hernández hizo historia de muchos modos, al lanzar ayer el juego inaugural de los Marineros, pero eso no le salvó de la derrota
La tarde en que Félix Hernández escribió tantos capítulos novedosos en el libro de récords de las Grandes Ligas resultó una jornada amarga para él y sus Marineros de Seattle.
El as carabobeño se convirtió este lunes en el primer pitcher en la historia con nueve aperturas en días inaugurales de
El valenciano salió del Globe Life Park de Arlington como el lanzador venezolano con más innings en las mayores, superando los 2.364 de Freddy García y plantando la pica en 2.368 y un tercio.
Hizo, el Rey Félix, su novena apertura inaugural y la octava consecutiva, sendos topes para criollos y también para su franquicia, aumentando los registros que en algún momento arrebatara a Carlos Zambrano y a Randy Johnson.
Tantos logros para Hernández y no pudo festejar, porque por primera vez en su vida no condujo a su equipo al triunfo en el día inicial de la campaña.
Los Marineros estaban invictos cuando el nativo de Flor Amarillo era el encargado de iniciar el primer encuentro de una temporada. El propio diestro tenía marca de 6-0, y el resto de las veces había visto llevarse la victoria a alguno de sus compañeros del bullpen.
No pudo alargar su ristra de éxitos, a pesar de sólo permitir un imparable y aunque su relevista, Mike Montgomery, tampoco recibió hits.
Hernández trabajó seis entradas y recibió apoyo tempranero, dos carreras ante Cole Hamels que, con el modo en que estaba lanzando, podrían ser suficientes para mantener su buena racha.
No fue así, debido a dos errores de sus defensores y al ataque de descontrol que le llevó a entregar hasta cinco boletos, que alimentaron la reacción de tres rayitas con que los Rangers de Texas voltearon la pizarra.
Con un pasaporte a Delino Deshields llenó las bases en el fatídico quinto tramo. Con otro para Shin-Soo Choo forzó la anotación de Rougned Odor y perdió el blanqueo. Un podrido de Prince Fielder que cayó detrás del short empujó a Elvis Andrus con el empate. Y un pecado del shortstop Ketel Marté, el segundo de Seattle en esa entrada, permitió la diferencia.
El sencillito de Fielder fue el único de los texanos y cayó porque los occidentales colocaron a su campocorto detrás de la segunda almohadilla. Si no caía, tal vez esta habría sido la crónica de un no-hitter inaugural, lo que habría igualado otra hazaña, la de Bob Feller con los Indios de Cleveland, en 1940.
Hernández salió del estadio con razones para enfadarse, a pesar de su faena. Pero perdió con clase: de acuerdo con el motor de búsqueda de Baseball Reference, es la primera vez en la historia que un club permite sólo un imparable en el Día Inaugural y cae derrotado. También eso es un récord para el Rey.
Publicado en El Nacional, el martes 5 de abril de 2016.