El Emergente
Por Ignacio Serrano
José Peraza fue el prospecto número uno entre los campocortos de los Bravos, el prospecto número uno entre los camareros de los Dodgers y hoy se prueba como centerfielder de los Rojos, como prospecto número uno en esa organización.
Son muchas las expectativas que ha despertado este venezolano, desde que comenzó a mostrar su potencial en las menores de Atlanta. Tantas, que Cincinnati se permitió salir del estelar antesalista Todd Frazier, para adquirirle, y ha tratado de cambiar al intermedista Brandon Phillips, un histórico en esa divisa, a fin de abrirle un lugar donde jugar todos los días.
Por eso no extraña que su nueva escuadra decidiera alinearle en el jardín central. Su primera organización ya lo intentó, antes de enviarle a Los Ángeles, y la pradera central podría terminar siendo el lugar donde juegue este barinés de 21, casi 22 años de edad.
Peraza no tiene el camino libre. El dueño de la posición es Billy Hamilton, pero repentinamente se ha abierto un filón para quien fuera el prospecto número uno de Venezuela en 2015.
Hamilton fue operado del hombro derecho. Actualmente sufre molestias en la zona intervenida y no está en acción. Es posible que a finales de esta semana suelte el brazo, para probar. No hay garantía de que pueda estar a tiempo de hacer el roster inaugural.
Los escarlatas no tienen heredero inmediato para el velocista y están en proceso de reconstrucción. ¿Es posible que el criollo se cuele por allí? El lineup de este lunes sugiere que sí.
Pero lo que realmente interesa es saber si Peraza podrá jugar todos los días, sea donde fuere. Ya no es visto como un paracorto, posición donde los Rojos tienen a Zack Cozart y eventualmente a Eugenio Suárez, quien fue mudado a la tercera base, para hallar un lugar para su bate. Y Phillips le tapa el paso en la segunda, salvo que se lesione, pues tiene derecho a vetar cualquier intento de cambio.
Hamilton es rapidísimo. Gracias a eso, cubre mucho terreno, mucho más que la media de los outfielders en la Liga Nacional. Y tiene la capacidad para robar almohadillas. Muchas. El problema es que no se embasa.
El toletero ambidiestro tiene dos campañas completas en las mayores y en ambas ha estafado 50 cojines. Pero su promedio de embasado es de .287 y su average en 2015 fue apenas .226, con 15 extrabases únicamente.
Cincinnati ha esperado por Hamilton, pero no parece que los frutos puedan ser suficientes, a menos que empiece a tomar boletos y sumar hits con más frecuencia.
Ahí puede estar la clave para el nativo de Barinas, que en las menores ha desplegado una ofensiva superior, con .302 de average en cinco justas, un promedio de embasado 40 puntos mejor que eso y dos cosechas por encima de los 50 robos.
¿Es ese el destino de Peraza? El spring training da para eso y más. Es un tiempo de experimentación y el venezolano tiene a su favor que en 2015 disputó 17 compromisos en el center. No es mucho, pero el propio Hamilton hizo alguna vez el recorrido desde el short hasta el jardín central, ¿quién quita?
Faltan casi tres semanas para el Día Inaugural. Muchas cosas pueden pasar. Pero algo es seguro: Cincinnati quiere que el llanero juegue, y que juegue a diario. Pagaron mucho para adquirirlo y es parte del futuro de la organización. Veremos si es así.
Publicado en El Nacional, el miércoles 16 de marzo de 2016.