El Emergente
Por Ignacio Serrano
Edwin Zerpa se reunió el lunes con el directorio de la Federación Venezolana de Beisbol. Allí, dijo, evaluó durante cuatro horas las diferentes candidaturas para seleccionar al manager de la Vinotino en el Clásico Mundial.
Un asunto así ameritaba eso y más. No hay deporte más querido y seguido en el país. De todos los que se juegan con una esférica —que son muchos— es el único al que coloquialmente llamamos “pelota”. Y sus practicantes son los únicos peloteros que reconoce esta inmensa comunidad.
El pasatiempo nacional merece el mayor rigor, la mayor honestidad y el mejor trabajo. ¿Pasa así con Fevebeisbol?
Los pasos que ha dado la federación desde el anuncio del primer Clásico Mundial, hace 11 años, demuestran que no. Y las declaraciones que su presidente ha dado desde entonces lo ratifican.
El proceso que llevó a la escogencia de Omar Vizquel fue torpe, poco transparente y deja heridas abiertas. ¿Qué necesidad había de menospreciar a Oswaldo Guillén y su trayectoria, con afirmaciones falsas?
¿Cómo un presidente de la FVB puede llegar a asegurar que Guillén no es el adecuado porque tiene 10 años sin dirigir, cuando fue manager de Grandes Ligas entre 2004 y 2012?
¿Cómo puede asumirse serio alguien que plantea que el beisbol ha cambiado mucho desde entonces, como si estuviéramos hablando de alguien que trabajó en la era de la bola muerta y no este siglo? ¿Qué conocimiento del juego refleja eso?
¿Cómo puede Zerpa, o quienquiera, decir que Guillén “está desfasado”, que no tiene relación con los actuales astros de las mayores, cuando compartió el terreno con todos y sólo le tienen palabras de respeto cuando dan una declaración pública sobre él?
Y lo que nadie dice en voz alta: ¿cómo se dejó permear por la política una decisión que debería ser únicamente deportiva, descartando así a quienes habían sido críticos con el gobierno nacional? En una decisión de este talante, como en tantas otras, se debe siempre escoger a los mejores, sin importar sus opiniones fuera del diamante, por el bien de la selección nacional.
Fevebeisbol prometió que el manager sería elegido en votación pupular. No era una buena idea, pero lo prometió. Habló de hacer una consulta con la prensa especializada, pero sólo contactó a unos pocos. Aseguró que entrevistaría a la decena de precandidatos cuando era ya prácticamente sabido quiénes estarían allí sólo para completar el cuadro. Y no hubo entrevistas. Al propio Vizquel lo nombraron antes de reunirse con él.
Si designar al timonel es facultad de la FVB, tenía que hacerse sin consultar a fanáticos, periodistas o peloteros. Debía realizarse con criterio y autoridad. Para tener eso, también se necesita conocimiento; pero estamos hablando del directivo que una vez dijo que no tenía opciones, porque no había otros venezolanos dirigiendo en las menores ¡en una época en que cerca de 20 lo hacían!
Estos modos hicieron que Alfredo Pedrique renunciara a guiar a la selección desde que algo así le pasó en 2009. Y ahora se agrega Guillén a la lista. Restar, en vez de sumar.
Esa federación que no gana Juegos Panamericanos, que no tiene ideas para adaptar el desarrollo de nuevos valores a la realidad actual y demuestra poco conocimiento de lo que maneja, ¿por qué sigue allí?
Porque en Venezuela se permite que los mismos hombres estén al frente de las federaciones durante 15, 20 o 30 años, sin que importe. Eso ni es democrático ni es eficiente. Ojalá algún día lo impida la ley.
Publicado en El Nacional, el sábado 20 de febrero de 2016.