El Emergente
Por Ignacio Serrano
Un cambio así ocurre poco en la LVBP. Un grandeliga por otro. Dos equipos apostando fuerte. Magallanes adquiriendo a Josmil Pinto. Aragua recibiendo a Ezequiel Carrera.
El acuerdo, cerrado el jueves entre Navegantes y Tigres tiene, por fuerza, que causar impacto en la fanaticada de ambos clubes. Y eso se justifica incluso en estos tiempos, en los que pareciera que nada satisface a impacientes internautas.
Un alud en las redes sociales nos hizo recordar la reacción de tantos seguidores turcos a raíz del pacto que envió a Alberto Callaspo a los felinos, por José Gregorio Martínez. ¿Recuerdan cuántos dijeron que Callaspo por Goyito era un robo? Al menos en el corto plazo, la nave justificó con creces ese traspaso.
“Los cambios son una lotería”, nos dijo riendo Roberto Ferrari, una hora después de colgar con Jorge Urribarrí. El presidente de los bucaneros sabe por experiencia que esta parte del negocio es una apuesta, que incluso puede salir mal al comienzo y muy bien a largo término.
¿Cómo será esta vez? ¿Qué ganan los filibusteros con Pinto? ¿Qué pierden sin Carrera?
Pierden un jardinero central, que batea a la zurda, con buena defensa y velocidad, que usualmente se reporta y juega en la LVBP. Eso vale oro. Es un primer bate indiscutible, con varios años por delante. Una pieza de valor.
¿Tienen con qué compensar la pérdida? Sí, sobre todo a mediano plazo. Puede que Endy Chávez ya esté disponible para jugar en noviembre y queda la generación de Eduard Pinto y Alberth Martínez, que en 2018 o 2019 tendrá el mismo peso específico que Carrera.
Pero Magallanes recibe algo a cambio de lo que pierde. Una buena pieza.
Pinto fue hasta 2015 el prospecto número uno de Venezuela en la receptoría. Es un catcher con vocación ofensiva, que posiblemente juegue acá en la inicial o como designado.
En su primera experiencia en las mayores bateó para .342/.398/.566 en 83 apariciones. Pero el mascoteo no es su fuerte y por eso fue devuelto a las menores. Todavía tiene asignaturas que aprobar.
¿Es el cuarto bate que buscan los Navegantes? Potencialmente, pudiera llegar a serlo. No ha sido tan consistente como querían los Tigres; bateó para .321/.412/.476 en la temporada 2014-2015, pero cayó a .247/.329/.342 en la pasada eliminatoria.
Esa inconsistencia tuvo otro punto alto en enero pasado, cuando el toletero derecho bateó para .303/.361/.364.
Quizás no dé los jonrones que de él se esperaron alguna vez. Pero tiene el potencial para ser peligroso, sin duda. De hecho, es posible que su futuro no esté detrás del plato, sino en otra posición, para aprovechar su ofensiva. No es difícil compararlo con Héctor Giménez, antes de que este último se sometiera a la cirugía que le alejó de los aperos, aunque aquel es derecho y Giménez batea a las dos manos.
En este contraste hay que agregar un punto adicional: la relación entre Carrera y Magallanes no estaba bien. ¿Recuerdan al manager Carlos García dándole largas al regreso del bigleaguer al lineup?
El propio jardinero llegó a bromear con eso, al decir, en plena final, que quizás no vestiría los colores de la nave en octubre próximo.
Ferrari sólo tuvo palabras gratas para el pelotero, al explicar el canje. Le agradeció su aporte y no habló de desencuentros. Pero el distanciamiento fue más claro que nunca en enero.
Ese resquebrajamiento de la relación, que se hizo evidente con las palabras de Carrera y del manager Carlos García, añade un elemento crucial en este balance. Si era necesario cambiar al sucrense, y así parece, era vital no entregarlo por nada. Y consiguieron a otro grandeliga.
Visto así, es un muy buen pacto, sin lugar a dudas.
Publicado en El Nacional, el sábado 13 de febrero de 2016.