Félix Pérez apela a su personalidad para calar en cada clubhouse que llega por primera vez. Su adaptación a los Tigres fue cuestión de minutos
Pérez también se ha encargado de dejar su huella por cada organización que ha pasado con su personalidad, la misma que lo ayudó a integrarse rápidamente a los Tigres.
El cubano fue el que puso la música en el avión que trasladó al campeón venezolano de Maiquetía a Santo Domingo, el pasado domingo. Incluso, durante la espera en el terminal aéreo, reunió a Teodoro Martínez, José Flores y Jesús Sánchez para amenizar la espera jugando beisbol en un Play Station portátil.
"Tienes que brindarle amistad a tus compañeros y darles confianza. Por eso yo siempre soy el que pone la musiquita para que el equipo se contente", aseguró.
"Lo mío es tratar de siempre estar contento, de ayudar. Nosotros los cubanos tenemos buena química", recuerda Pérez mientras sostiene un bate en el dugout de la derecha del estadio Quisqueya Juan Marichal.
"A veces la gente llega a un lado con pena y se siente cohibido. Lo importante es sentirse bien a donde llegues", asegura al tiempo que se alista para golpear algunas pelotas en la jaula de bateo.
Pérez, de 31 años de edad, siempre muestra buen ánimo y su rostro ofrece una sonrisa permanentemente. Atiende cada solicitud de entrevista sin problemas y corresponde al cariño que le tiene la afición con su disposición para tomarse fotos y dar autógrafos.
Él entiende que se ha convertido en una figura de la LVBP. "Estoy muy agradecido con la liga venezolana porque me ha dado logros importantes. Sé que la afición me quiere mucho y por eso aprovecho cada chance que me den", dijo.
"Jugar en diferentes lados te ayuda a conocer los orígenes de todos los países y la cultura de su gente", continuó. "Donde quiera que llegue tengo la actitud ganadora y de alegría".
Para Pérez una actitud positiva es vital para la armonía de un club. "Siempre trato de ayudar a que mis compañeros no lleven las frustraciones del campo al clubhouse. Fíjate que en la postemporada me fue muy mal con Magallanes, eso no es un secreto, pero yo seguía contento y más bien recibí mucho apoyo", recordó.
El bateador zurdo oriundo de Isla de la Juventud no duda en decir que su principal meta es jugar en las Grandes Ligas, aunque ha estado en negociaciones para ir a Japón.
"Mi meta es jugar en grandes ligas, creo que solo me falta la oportunidad. Estoy en buen tiempo, porque me siento en el mejor momento de mi carrera", consideró antes de confesar que ha sentido frustración por no recibir el chance.
"Siempre se siente frustración cuando tu sabes que estás haciendo el trabajo en triple A y suben a un pelotero de doble A que está bateando .220. Llega un momento en el que dices que no quieres jugar más pelota, pero si nos afligimos del corazón estás acabado", apuntó.
"El cubano no se rinde, luchamos siempre como todos los latinos".
Ignacio Serrano