El Emergente
Por Ignacio Serrano
Terminó la temporada 2015-2016. El alto mando de los ocho equipos se reunirá después de la Serie del Caribe. La jornada de reflexión tendrá muchas aristas, pero un tema dominará. Los ejecutivos se mirarán los rostros y se preguntarán: ¿Qué hacemos con el formato?
El sistema mexicano tuvo apoyos y críticas desde que en noviembre comenzaron a verse sus efectos. Muchas cosas cambiaron con su aplicación.
Dos escuadras lograron su clasificación en el segundo mes de campaña, Tiburones y Tigres, al cerrar arriba en la primera mitad.
Un equipo virtualmente eliminado en esa primera parte, los Bravos, empezó desde cero el 17 de noviembre y logró su avance a los playoffs.
Seis divisas pasaron a la postemporada, en lugar de las cinco habituales.
Una novena fue eliminada con récord positivo, los Cardenales, algo que jamás había ocurrido en torneos sin divisiones.
Dos clubes avanzaron a enero con marcas negativas, Margarita y Aragua, y en consecuencia, trascendieron por encima de un conjunto que ganó más veces que ellas (de nuevo, Lara).
Llegamos al penúltimo día de la fase regular con el peligro de que una escuadra pudiera estar obligada a perder adrede, a fin de evitar su eliminación (una vez más, los pájaros rojos).
Un equipo perdió el último día de la eliminatoria para poder cerrar en tercer puesto, no en cuarto, y así tener ventaja de campo y en el draft: Aragua.
Ese resultado de los bengalíes el 29 de diciembre pudo impactar sobre el destino de los Leones, Caribes y Cardenales, que empataron en puntos acumulados el último día.
No se jugó el round robin semifinal, sino tres vueltas de playoffs. Elencos con más triunfos en la fase anterior, Leones y Caribes, se vieron en inferioridad de condiciones frente a otros que tenían menos ganados pero más puntos.
Se disputó un juego de muerte súbita entre dos derrotados de la primera ronda de enero, para definir al último semifinalista.
La final se llevó a cabo, a pesar de todo, con sólo un día de descanso, en lugar de las dos fechas que el bien del espectáculo requiere.
Ese, más o menos, fue el panorama del campeonato.
¿Qué continuará? ¿Qué será modificado?
Hay posiciones y fuerzas divididas. Es de suponer que al llegar a la jornada de reflexión, preparatoria de la Convención Anual , se buscarán puntos en común.
Es clave lograr consenso. Por decidir a través de una mayoría simple de 5-3, sin buscar la aquiescencia de todos, ocurrieron divisiones que impidieron atacar algunas de las situaciones arriba descritas antes de octubre, al quedar malestar entre las partes.
Es vital exponer ante la opinión pública las alternativas que se manejen. Fue cuando se empezó a discutir en los medios de comunicación, después de aprobar el formato, que analistas y aficionados empezaron a mostrar los peligros que conllevaban los puntos, hasta entonces desconocidos.
Es fundamental desterrar la posibilidad de que una divisa necesite perder para beneficiarse. Las consecuencias de eso son enormemente riesgosas. Y ello implica eliminar los puntos.
Un sector desea volver a un campeonato con 63 choques, sin mitades, sin puntos. Pero hay quienes ven en el caso de Margarita un estímulo para mantener el status quo.
¿Que se quiere dar chance a un elenco que empiece mal, como sucedió con los Bravos? Pues quizás haya un punto medio: que clasifique directo el campeón de cada mitad, o los dos primeros, y que todos los demás avancen por la suma acumulada de ganados y perdidos.
¿Que se quiere dar chance a un elenco que empiece mal, como sucedió con los Bravos? Pues quizás haya un punto medio: que clasifique directo el campeón de cada mitad, o los dos primeros, y que todos los demás avancen por la suma acumulada de ganados y perdidos.
No volverá el round robin ni volverán a ser cinco los clasificados. Pero la justa 2016-2017 puede jugarse con un sistema mucho más justo. Y esa discusión comienza ahora, en febrero.
Publicado en El Nacional, el jueves 4 de febrero de 2016.