La poca difusión del torneo originó que en las avenidas y calles de Santo Domingo no se perciba el ambiente festivo por la Serie del Caribe
El Nacional
Santo Domingo alberga la Serie del Caribe por novena ocasión en la historia de la competición. El equipo anfitrión, los Leones del Escogido, tiene sus raíces en la capital de República Dominicana y son favoritos para alzar la corona.
El torneo vuelve a país en el que se respira beisbol en cada rincón. A simple vista las condiciones están dadas para que se hable de un éxito rotundo al caer el último out de la serie, pero la falta de ambiente en la capital quisqueyana se presente como el principal enemigo.
Todo parece comenzar por la difusión de la competición, pues los anuncios brillan por su ausencia en las principales avenidas y calles de Santo Domingo. Ni siquiera en el Aeropuerto Internacional Las Américas hay una pancarta que invite al evento a los turistas que ingresan al país caribeño.
“El ambiente está como frío, espero que mejore”, reconoció Oscar Prieto Párraga, presidente de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
“Aunque los organizadores están un poco pesimistas puede ser un problema económico posiblemente”, expresó Prieto Párraga.
Un boleto en la localidad más exclusiva del estadio Quisqueya Juan Marichal tiene un costo de 35 dólares, lo que representaría el 12 por ciento del sueldo mínimo de un trabajador local en una empresa grande, de acuerdo al último incremento que se realizó a mediados del año pasado.
Un agente de seguridad, lo que es igual a un vigilante en Venezuela, tendría que utilizar el cuatro por ciento de su salario básico (238 dólares) para adquirir la entrada de menor precio que ronda los 10 dólares en taquilla.
De acuerdo a reportes locales, República Dominicana cerró el 2015 con una inflación moderada al ser de sólo un dígito (2 %), por lo que la influencia del factor económico en el evento regional puede ser poca.
“El problema está en que el comité organizador no se puso de acuerdo con el Ayuntamiento de Santo Domingo (alcaldía) para la difusión de la competición”, dijo un periodista quisqueyano con conocimiento del caso y que prefirió no revelar su identidad.
“Primero la organización de la Serie del Caribe dijo que no había recibido apoyo del ayuntamiento y luego la parte oficial aseguró que ellos nunca fueron contactados. Fue un pelotero constante y no llegaron a nada”, agregó.
Otro golpe para esta Serie del Caribe fue la deserción de Miguel Cabrera, Robinson Canó y David Ortiz del primer Festival de Jonrones que se realizará hoy luego de que culmine el primer compromiso de la jornada.
Ninguna de las tres figuras latinoamericanas recibió permiso de la Asociación de Peloteros de las Grandes Ligas (MLBPA, por sus siglas en inglés) para atender la invitación a esta inédita exhibición de poder, debido a que la organización no tenía 1.5 millones de dólares para cubrir los tres seguros de protección.
Lo que se presentó como un experimento ambicioso terminó siendo un episodio polémico y la organización tuvo que activar el plan B con jugadores de los equipos participantes (Félix Pérez, Kennys Vargas y Cyle Hanker) para que midan fuerzas junto a Vladimir Guerrero y Alfredo Despaigne.
República Dominicana es el país del Caribe que históricamente ha enviado más peloteros a las mayores. Sin embargo, hoy parecen estar rezagados con el evento que reúne a la crema y nata del beisbol invernal.
En casa de herrero, cuchillo de palo.