Por Ignacio Serrano
VALENCIA -- La ausencia de los Tigres en la Serie del Caribe terminará este lunes, cuando el nuevo campeón del beisbol venezolano haga su estreno en la edición 2016 del clásico de febrero.
Aragua asistió seis veces al torneo regional entre 2004 y 2012, y logró la corona en Hermosillo 2009. Ninguna escuadra vio tanta acción en la justa en ese período, como los felinos.
La ausencia que comenzó después de eso marcó el fin de la larga dinastía tigrera en la LVBP y llevó a una drástica reestructuración que acaba de culminar con la décima conquista de los bengalíes, concretada tras vencer en la final al Magallanes la noche de este jueves, 8 carreras por 2.
La fiesta en el silenciado estadio José Bernardo Pérez comenzó al llevarse la serie los rayados en sólo seis juegos.
Ya no está el manager Buddy Bailey. Tampoco el anterior arquitecto de la dinastía, Rafael Rodríguez Rondón. Miguel Cabrera y Martín Prado ya no juegan en la pelota invernal. Figuras como Ramón Castro y Víctor Moreno se retiraron. La mayoría de los activos juegan en equipos contrarios.
Los Navegantes contaron con varios de aquellos guerreros en su intento casi concretado de atrapar el título. Fue la divisa más consistente del campeonato, de octubre a enero, y se quedó a sólo dos victorias de hacer realidad su propia dinastía, pues buscaba su tercer cetro en los últimos cuatro años.
Aragua armó una divisa donde los novatos de temporadas pasadas y los veteranos menos fogueados en antiguas conquistas se sumaron a toda una generación de astros llegados en cambios desde otras latitudes.
Freddy García, Ronald Belisario, Eduardo Escobar, Hernán Pérez, Sandy León, Alberto Callaspo, todos fueron sumándose a partir de la llegada de Carlos Guillén e Illich Salazar a la gerencia, y especialmente tras la incorporación de Jorge Urribarrí, verdadero ingeniero de elencos ganadores en Pastora y Zulia, pero quien todavía no había podido celebrar una conquista, hasta ahora.
Tampoco el manager Eduardo Pérez había festejado antes. Nunca ha sido doblegado en rondas eliminatorias, pero le faltaba la más ansiada de las preseas.
Una adecuada importación, que contó con Austin Bibens y Marcus Walden hasta el final, más decisivas contrataciones de última hora, como Alfredo Marte y Dariel Álvarez, y astutas selecciones en cada draft, sirvieron para diseñar al nuevo campeón de la pelota venezolana.
“Armamos un equipo para ganar el título”, exclamó Pérez, después de coronar una remontada casi impensable: perdiendo por tres carreras en el tercer juego, tras dos derrotas en el inicio de la serie, sus Tigres iniciaron la reacción que les llevó de estar a dos out de terapia intensiva a barrer con los últimos cuatro choques de la final.
“Los aficionados de Aragua se merecían este campeonato”, agregó el estratega, recordando el apoyo recibido en el estadio José Pérez Colmenares, cuando voltearon la serie.
“Felicito al Magallanes por el trabajo hecho y el espectáculo que dimos”, declaró Guillén, con gallardía. “Ahora nos queda poner en alto el nombre de Venezuela en la Serie del Caribe”.
Publicado en ESPNdeportes.com, el viernes 29 de enero de 2016. Aquí el original.