El Emergente
Por Ignacio Serrano
MARACAY
Orlando Lara y José Oyervides escribieron un capítulo en el libro de curiosidades del beisbol venezolano: por primera vez en 70 años de historia, dos lanzadores mexicanos estuvieron cara a cara como abridores en una final de la LVBP. Lara con Magallanes. Oyervides con Aragua.
La serie decisiva de la pelota criolla tiene todo un anecdotario así. Jamás un azteca había dado jonrones en finales, antes de hacerlo Jorge Vázquez contra los turcos. Nunca un dominicano la había botado en este tipo de duelos, hasta que Alfredo Marte se la sacó a los Navegantes en Valencia y Maracay.
Es la nueva realidad del beisbol invernal. Un giro más en el torniquete que comenzó con la ausencia de los grandeligas más prominentes y que hoy incluye la baja forzada de cuanto prospecto asome su talento en las menores, con pocas excepciones.
Esa realidad puede meter en problemas a quien deba armar el equipo para la Serie del Caribe.
¿Quién abrirá por el campeón local en el clásico de febrero?
Oyervides no, sin duda, y tampoco Lara. Ambos trabajaron en la Liga Mexicana del Pacífico y son elegibles para reforzar únicamente a los Venados de Mazatlán.
Tampoco Edgar González. El tercer brazo azteca en el tope de La Cabrera tiene las mismas restricciones. No estará disponible para bucaneros ni bengalíes.
Joely Rodríguez, el dominicano que tantas alegrías dio a sus parciales desde que debutó contra los Leones, en Caracas, podría lanzar en Santo Domingo, pero únicamente con los Leones del Escogido, que son los representantes de su país.
Es el mismo caso de Adrián Salcedo, que fue el líder del departamento de efectividad en Lidom y, por lo tanto, no puede actuar en la reunión caribeña con el campeón de la LVBP.
Ángel Castro, que sumó la nave para la final, es parte de la misma lista: sólo elegible para los Leones de Escogido.
¿Es distinto el caso aragüeño? No tanto. Además de Oyervides, posiblemente no suba al avión Marcus Walden, porque acaba de firmar un contrato de ligas menores y quizás quiera ir a casa y descansar al lado de su hijo recién nacido, al que dejó, junto con su esposa, para regresar a Venezuela por estos días.
Con la deserción de Robert Zárate, Yohán Pino y las restricciones ya descritas, la rotación del campeón criollo contará con Austin Bibens-Dirkx, tal vez Walden y probablemente Freddy García, al menos si van los felinos.
García quiere estar ya en su casa, con sus hijos. Viven en Estados Unidos y allá estudian. Los echa en falta, está en su despedida. Puede que lo piense.
¿Y quién más?
David Martínez abrió con los cabrialenses antes de la final, pero luego fue enviado al bullpen, tras algunos tropiezos.
Sergio Pérez también fue convertido en relevista con los rayados y recibió castigo al aparecer en la final.
Ellos dos, más Bibens y quizás Walden o García. La rotación necesita cuatro brazos.
La gerencia que salga avante en este duelo tendrá que empezar a llamar a esos pitchers que terminaron su desempeño días atrás, a ver su disponibilidad: Omar Bencomo Jr., Edgmer Escalona, Wilfredo Boscán, Alexis Candelario, Yoanner Negrín, Joe Testa.
Ya algunos de ellos adelantaron que descansarían. Pero habrá que contactarles igual, porque el lance no es fácil: defender la reputación de la pelota venezolana en la Serie del Caribe.
Publicado en El Nacional, el jueves 28 de enero de 2016.