La Guaira y Magallanes forzaron el bonito este martes, al derrotar a Aragua y Anzoátegui y equilibrar las semifinales de la LVBP. En Caracas, el héroe de nuevo fue Carlos Sánchez, el grandeliga que sustituyó a Odúbel Herrera cuando éste desertó
Gregory Infante |
Por Ignacio Serano
El Nacional
Exactamente una semana después de la deserción del grandeliga Odúbel Herrera, los Tiburones disputarán este miércoles el séptimo juego de la semifinal contra los Tigres, y será gracias a ese pelotero que, tras escuchar la desafortunada noticia en su casa, decidió reincorporarse al equipo, para ayudar en la tarea de avanzar a la final.
Nunca fue más evidente que el martes, en el estadio Universitario, el propósito del también bigleaguer Carlos Sánchez.
Ya había colaborado en el rally de tres carreras con que La Guaira igualó la pizarra en el cuarto inning y luego, en el séptimo, descargó ese jonrón con Alberto González a bordo, que puso adelante a los suyos 5 por 3 y forzó un juego más, el bonito, el que le dará al vencedor un lugar en la serie decisiva.
Sánchez no es jonronero. Nunca había sacado más de dos pelotas en una eliminatoria o en un playoff. Pero dos de las tres victorias de los escualos en esta serie se deben a sus batazos de vuelta completa, tres en total.
“Yo vine a aportar mi granito de arena y le estoy poniendo mil por ciento”, declaró el camarero. “Sólo estaba tratando de poner la bola en juego. Darle duro, para ver si salía entre dos. Ese era mi plan y salió bien”.
Los litoralenses estuvieron a seis entradas de despedirse del campeonato. No le sacaron la pelota del cuadro a Marcus Walden, el abridor de Aragua, hasta el cuarto tramo. Ya entonces ganaban los felinos 3 por 0. Pero un boleto y tres sencillos seguidos, incluyendo un hit de Sánchez, enviaron a Walden a las duchas.
“La diferencia allí fue la concentración”, relató el jonronero. “Salimos al home a buscar el primer pitcheo bueno, y funcionó”.
La pizarra ya estaba 3 por 1 cuando José “Cafecito” Martínez dio un sacrifly en ese pasaje y luego el campocorto Juniel Querecuto dejó caer un altísimo elevado, que se convirtió en el tubey que empujó el empate.
Todo quedó en manos de los relevistas, porque el as Alexis Candelario también fue desalojado del montículo en el cuarto. Y el bullpen de los bengalíes no permitía anotaciones desde el 15 de enero.
La tabla de Sánchez contra Pat Mincey dejó en 18.0 los innings seguidos sin rayitas para los Tigres y le otorgó esa ventaja que pedían los bomberos guairistas, anoche indescifrables. Entre José Alvarado, Johan Yan, Víctor Gárate y el cerrador Gregory Infante cubrieron los últimos 4.1 actos en blanco.
“Todo el crédito para ellos, que mantuvieron el juego cerrado”, dijo Sánchez.
“Soy un chamo”, terció Alvarado, “pero estaba mentalizado para hacer el trabajo, y estoy dispuesto a hacerlo otra vez (hoy). Estamos buscando esa final”.
Infante no logró un salvado de seis outs en todo el campeonato. Pero esta vez los Tiburones se jugaban la vida. No era cualquier juego.
“Tenía nueve días sin lanzar, pero estaba listo para lo que el manager (Buddy Bailey) necesitara”, apuntó el cerrojo.
El de este miércoles tampoco será un juego cualquiera, gracias al esfuerzo colectivo, sí, pero muy especialmente a gracias a Sánchez, el grandeliga que no soportó impávido la deserción de Herrera y se presentó en el estadio, dispuesto a ayudar.
Aragua estudia opciones
El manager Eduardo Pérez no confirmó a Freddy García para abrir este miércoles en el séptimo juego de la semifinal. Indicó, después del encuentro, que evaluará opciones.
Jorge Urribarrí, miembro de alto mando de los Tigres, no descartó que el elegido sea el recién contratado mexicano José Oyervides, que llega hoy al país.
Publicado en El Nacional, el miércoles 20 de enero de 2015.