Jorge Velandia, gerente deportivo de los Tiburones, explicó poco después del draft de sustituciones y adiciones que el objetivo de la novena era reforzar el cuerpo de lanzadores, una necesidad, por cierto, que se convirtió en apremiante después de la marcha de Junior Guerra, quien prefirió descansar antes del spring training.
“Hemos estado contentos con el equipo durante toda la temporada”, aseguró el ejecutivo. “Pero con estas dos adiciones, estamos seguros de que somos un equipo más fuerte”.
Los escualos tomaron al relevista Edwin Quirarte y sustituyeron a Shawn Hill con el también abridor Wilfredo Boscán, ambos de las Águilas.
“Nuestro plan fue desde un principio atacar el pitcheo abridor y relevista”, explicó Velandia. “Estamos contentos con estos dos brazos”.
El manager Buddy Bailey deberá decidir ahora si Edgmer Escalona regresa a la rotación, junto a Boscán, Alexis Candelario y Jake Hale.
La salida de Carlos Sánchez, conocida antes del draft, dejará a Heiker Meneses junto a Luis Sadiñas como la llave de dobleplays. Es una combinación con buenos guantes, lo que es consistente con los deseos de Bailey para toda postemporada, incluso si es a costa de bateo.
Ignacio Serrano