El Emergente
Por Ignacio Serrano
¿El equipo con mejor récord de ganados y perdidos en la primera mitad, igualado con los Tiburones, o este que apenas marcha sobre las Águilas en la segunda parte?
¿La novena que extraoficialmente aseguró su clasificación el 15 de noviembre o la que perdió 5 juegos seguidos la víspera de Navidad?
¿Esta divisa que le ganó todos los juegos al Magallanes en Valencia o esta otra que perdió todos sus encuentros contra los turcos en Maracay?
Aragua vive una extraña temporada de contrastes, un recorrido en negros y blancos que hace difícil evaluar su verdadero estatus con vistas a la postemporada.
Es un equipo que confunde. Tiene el segundo peor average colectivo, el tercer peor slugging, el peor promedio de embasado y es una de sólo dos escuadras por debajo de .700 en OPS.
Ese mismo lineup cuenta con un Hernán Pérez en su mejor año y con grandeligas como Eduardo Escobar, Alberto Callaspo, Sandy León y Guillermo Quiroz. Y sin embargo, echa demasiado en falta a Avisail García y a James Jones, por no hablar de Héctor Giménez y Alex Romero.
La misma rotación, prácticamente, que metió a la divisa en enero, mes y medio antes de Año Nuevo, sufrió a comienzos de diciembre para enderezar el rumbo, tras la marcha de Vidal Nuño. Y sin embargo, Darin Downs, Robert Zárate, Austin Bibens, Marcus Walden e incluso Freddy García cierran con buenos esfuerzos.
Es un club con tan extraño historial, que casi le conviene empezar como visitante: tiene 11-19 cuando juega en casa y 19-11 cuando está en la carretera.
¿Qué equipo dirigirá Eduardo Pérez en los playoffs? ¿El blanco reluciente o el renegrido que no tolera los grises?
La gerencia se trae cuatro nuevos importados del Caribe, todos con buenos números: dos bates que pueden ayudar en la ofensiva (Alfredo Marte y José Constanza) y dos pitchers que pueden dar balance al staff (Daniel Sattler y Tony Peña Jr.).
Acomodar el bullpen es fundamental. De allí la idea de mudar de rol a Zárate y mantener a Kyle Hunter. La vuelta de Armando Rivero será, en ese sentido, de gran ayuda. Resta ver en definitiva cuál será la nómina de extranjeros que tendrá Pérez.
Queda mucho por decir todavía de los aragüeños, como muchos giros podría dar esta columna al intentar desentrañar este acertijo; mucho por decir sobre esos cambios a veces drásticos y sin duda noticiosos, que trajeron a León y a un José Peraza que no debuta, a Callaspo y a Pérez, y casi-casi a Alex Torres. Podrán criticarle otras cosas a ese alto mando, pero no su capacidad para asumir riesgos ni su rechazo a la inacción.
A pesar de las cinco derrotas en fila, seguidilla cortada después de Navidad, la rotación parece ganar estabilidad y el bullpen será mejor con los que llegan o regresan.
La última palabra la tendrán los maderos que aún no producen lo que de ellos se espera. Porque enero es mes de jugadores hechos, salvo que el prospecto se llame Miguel Cabrera. Por cierto, ¿será Wuilmer Becerra otro predestinado? ¿O le tocará ir a la banca con el resto de talentosos, pero inexperimentados jóvenes que han asumido protagonismo en esta temporada?
Esa última duda la responderá el propio Becerra con su desempeño. Y poco después sabremos, finalmente, cuál es el verdadero rostro de este equipo, cuando inicien los playoffs.
Publicado en El Nacional, el lunes 28 de diciembre de 2015.