El Emergente
Por Ignacio Serrano
Hassán Pena ya alcanzó el récord de salvados de la LVBP para una temporada. Rescató 21 de las primeras 22 ventajas que pudo preservar. Va camino a la conquista de su tercer galardón consecutivo como Relevista del Año. ¿Es también el máximo candidato al premio Carrao Bracho como Pitcher del Año, como empieza a oírse por allí?
Alto. Todavía falta camino y queda análisis por hacer.
Lo que está haciendo el relevista magallanero es excepcional. Jamás un serpentinero criollo o extranjero había sumado 40 salvamentos en dos torneos seguidos ni 55 en tres campañas. A este paso, va a desplazar el año que viene a Santos Hernández del primer lugar que posee entre monticulistas extranjeros, un logro que ya tiene al alcance, pues el panameño terminó con 70.
Pena comenzó la semana con 2.96 de efectividad. Es un buen promedio, pero no es extraordinario. Si el cubano tuviera suficientes innings como para competir por el liderato de efectividad, que además no los tiene, estaría peleando con Omar Bencomo Jr. la octava plaza de ese departamento. Bencomo tiene 2.97.
El número de entradas lanzadas también debería influir. El antillano tiene 27 y un tercio, a razón aproximada de un inning cada dos encuentros de su equipo. En una época en la que los abridores trabajan cada vez menos, hay cuatro serpentineros que duplican esa cantidad (Raúl Rivero, Bencomo, Sergio Pérez y Austin Bibens) y otros seis están a punto de hacerlo, puesta ya superaron los 50 actos.
Pena ha sido muy eficiente. Se parece al Francisco Rodríguez de 2008, que trituró el récord de Bobby Thigpen gracias a esa eficiencia y a la enorme cantidad de oportunidades de salvar que recibió, a pesar de que aquella no fue su mejor campaña en términos de dominio.
Los ocho equipos de la LVBP promedian 1.43 de WHIP. Pues bien, el WHIP del cerrojo turco es 1.39 y su FIP es 3.00, que aunque es bueno, tampoco impacta.
Esto se justifica por su relación de ponches y boletos, que también es adecuada, pero no brillante. Por cada nueve entradas ha repartido 7,9 abanicados y 3,62 boletos. Si fuera abridor, no estaría entre los 10 mejores en ninguna de esas estadísticas.
¿Significa que la de Pena es una actuación sortaria? En absoluto. Nadie salva 21 de 22 por pura suerte. Pero hay dos espejos que dan un buen reflejo de cómo marcha la verdadera carrera.
Primero: esta no es su mejor cosecha. Número a número, ha estado mejor en el pasado, apartando los rescates. Y segundo, hay abridores con desempeños muy meritorios.
Raúl Rivero es un buen ejemplo. Promedia 6.0 innings por apertura, ya pasa de 60.0 actos, tiene 6 victorias, con 2.03 de efectividad, y únicamente en tres de sus 11 salidas ha permitido más de una carrera limpia. Sí, apenas en tres de 11 ocasiones.
Luis Díaz y Alexis Candelario son dos buenos ejemplos más, con efectividades por debajo de 2.00 y con muchos más episodios lanzados. Y eso, sin contar a los ya idos Patrick Johnson y Vladimir Nuño.
Que Pena vive un torneo magnífico es algo que no tiene discusión. ¿Qué merece, sin dudarlo, el Carrao Bracho? Eso es otra cosa. Tendría que ser el mejor pitcher del campeonato. ¿Lo será para el 30 de diciembre? Ya veremos. Pero en este preciso momento no lo es.
Publicado en El Nacional, el martes 15 de diciembre de 2015.