El Emergente
Por Ignacio Serrano
Francisco Rodríguez no es el mejor relevista venezolano de todos los tiempos. Es el mejor cerrador de su generación en la MLB y la solución para un severo dolor de cabeza de su nuevo equipo, los Tigres de Detroit.
Los felinos han estado a la búsqueda de alguien que domine el noveno inning desde que José Valverde perdió el toque.
En 2015 usaron a Joakim Soria, Alex Wilson, Neftalí Féliz, Joe Nathan y al criollo Bruce Rondón.
En 2014 fueron Nathan y Joba Chamberlain.
En 2013 emplearon a Valverde, José Veras, Joaquín Benoit y Rondón.
Ocho cerradores en tres temporadas es una exageración sin nombre, una señal de inestabilidad que explica en parte por qué los bengalíes no han conquistado la Serie Mundial, que buscan desde que perdieron el duelo de 2006 con los Cardenales de San Luis.
Es verdad que Nathan pudo ser la solución. Fue adquirido para eso, pero hace dos campañas enfermó de inconsistencia y este año se lesionó. Quizás regrese de la cirugía Tommy John a tiempo de servir como escudero del Kid.
Dave Dombrowski dejó un enredo en la Ciudad del Motor, antes de ser despedido.
La rotación no tiene un as legítimo, con el declive de Justin Verlander y la salida de Max Scherzer y David Price, que se iba a ir incluso si Dombrowski seguía. El lineup vuelve a tener huecos y necesita con urgencia al mejor Víctor Martínez. El relevo intermedio hace agua. Alex Avila ya no parece una opción firme en la receptoría, lo que es un doble problema, al ser hijo del nuevo gerente.
En este panorama, llega el Kid. Con él, dice el alto mando, es posible centrar la atención en otros problemas. El cierre está resuelto.
Es verdad. Rodríguez demostró en las últimas dos temporadas con los Cerveceros de Milwaukee que sigue siendo uno de los mejores apagafuegos del beisbol. Las estadísticas, de hecho, demuestran que fue más dominante en 2015 que en 2008, cuando impuso el récord de 62 rescates en las Grandes Ligas.
El cambio de velocidad del Kid es el mejor en las mayores. Lo prueban las estadísticas. No hay pitcher, abridor o relevista, que haya sacado mayor porcentaje de outs, que haya recibido menos batazos contundentes con cualquier otro envío.
Eso explica que Rodríguez haya salvado 38 en 40 intentos esta campaña, pero, sobre todo, sus números periféricos.
El capitalino entregó 1,7 bases por bolas por cada 9.0 innings, la mejor relación de su carrera. Ponchó a 5,64 rivales por cada transferencia, también la mejor cifra de su historial. Tuvo un WHIP de 0.86, de nuevo la mejor estadística de su vida.
También encajó 6,0 hits por cada 9.0 actos, su tope desde 2005. Su relación de 0,9 jonrones por cada 9.0 entradas es la más sobresaliente desde 2011.
El Kid cumplirá en enero 34 años de edad, pero sigue siendo un apagafuegos de élite y nada sugiere que eso puede cambiar a corto plazo.
Ese es el cerrojo que adquieren los Tigres. Un pitcher que en abril llegará a los 400 salvamentos y dejará atrás al legendario Dennis Eckersley.
Al venezolano le sentará bien lanzar en el Comerica Park, incluso si regresa a la Liga Americana. Aunque en el joven circuito nunca le ha ido mal. Allí triunfó con los Ángeles de los Ángeles y allí se mostró como un seguro setup de los Orioles de Baltimore.
Este es el panorama que otea ahora el Kid Rodríguez.
Publicado en El Nacional, el viernes 19 de noviembre de 2015.