El Emergente
Por Ignacio Serrano
La acción tempranera ha permitido que varios jóvenes muestren su potencial. Humberto Arteaga se adueñó de las paradas cortas del Magallanes y Yohander Méndez ha lucido sobre la loma. William Cuevas demostró con La Guaira por qué Boston no quería darle mucho tiempo de acción en la LVBP esta temporada. Juniel Querecuto ha ratificado con Lara las enormes expectativas que había causado su reputada defensa. Franklin Barreto está despertando con el madero, a bordo del Zulia. Luis Díaz ha sido un sólido abridor del Caracas.
También hay grandeligas y figuras en juego. Dixon Machado y Hernán Pérez se reportaron prácticamente el primer día. Muchos integrantes de ese centenar de bigleaguers nativos en 2015 ya se estrenaron o se prepararan para hacerlo.
La tabla de posiciones ha estado más que peleada. Por momentos, y exceptuando a Margarita, apenas tres juegos han separado al primero de séptimo lugar.
Todo ha discurrido normalmente, como tantas veces. Pero falta muy poco para que deje de ser así. De hecho, un mar de fondo ya se agita, y está causado por el nuevo formato de competencia, aunque todavía no se haga notar.
Leones y Tigres se enzarzaron en un toma y daca hace dos noches. ¿Disputaban una victoria más en Maracay? Nada que ver.
El ganador de ese encuentro iba a ganar también la serie particular en la primera mitad. Y eso, hoy por hoy, tiene importancia capital.
El domingo 15 habrá un equipo clasificado para los playoffs. Tal cual. Dentro de 10 días, una divisa tendrá boleto para enero, incluso jugando para 0-31 en la segunda mitad.
¿Serán los Tiburones? En este momento, sí. Pero la tabla está muy cerrada, puede suceder cualquier cosa. Si son ellos o cualquier otro, ¿celebrarán con champaña, harán un tumulto en el medio del diamante, cuando garanticen la vanguardia dentro de 10 días?
Ese domingo, dentro de dos domingos apenas, será palpable la realidad del nuevo formato. Se repartirán puntos según la ubicación en la tabla de posiciones. Ya no importarán las victorias, sino el juego de sumas que pueda darse a partir del primer botín conseguido.
Debajo de la superficie, los protagonistas tienen idea de lo que se están jugando. Al menos en las oficinas. Por eso la paciencia para no postergar encuentros por lluvia. Por eso la premura para disputar los compromisos que cambiaron forzosamente de fecha, como ese que obligó a las Águilas a actuar como homeclub en Margarita, porque los Bravos no regresaban más a Maracaibo en esta parte del calendario.
Por eso también la batalla que secretamente libraban melenudos y bengalíes en el estadio José Pérez Colmenares. Por eso la ventaja que ahora tiene la tropa de Alfredo Pedrique sobre la banda de Eduardo Pérez. El batazo de Danry Vásquez para decretar la ventaja de los capitalinos decretó también la ventaja de su novena a la hora de los desempates.
Al paso que vamos, con apenas 32 choques para definir quién es quién, cada compromiso cuenta de aquí al 15.
Ya veremos en enero los aspectos positivos y las cosas que deberán modificarse a raíz de este experimento. Pero muchos serán tomados por sorpresa en pocos días, cuando el nuevo formato nos alcance.
Publicado en El Nacional, el jueves 4 de noviembre de 2015.