El ex prospecto número uno de los Yanquis tomó con filosofía su nuevo descenso a las menores, a pesar de batear para .300 con los Marineros y embasarse la mitad de las veces que fue al home
“Estoy bien. Estoy feliz”, dijo Montero a MLB.com. “Sólo debo seguir trabajando duro y pensando en mi hija. Voy a verla esta noche, así que estoy contento”.
El toletero derecho era uno de los mejores productores en el Tacoma, principal filial de Seattle, antes de ser subido la semana pasada.
El ex prospecto número uno de los Yanquis parece estar sufriendo todavía por los pecados del viejo Jesús Montero, aquel que se presentó con sobrepeso al spring training de 2014 y que peleó con un scout públicamente, a finales de zafra, percance que le acarreó una suspensión.
“No soy quien toma las decisiones”, advirtió el carabobeño. “Yo no controlo eso. Estoy feliz donde estoy en este momento. Me dieron la oportunidad de estar aquí y fue divertido”.
Los acuáticos tienen el peor average colectivo de la Liga Americana, a pesar de lo cual desestimaron el posible aporte que pudiera ser el venezolano, un reputado bateador en las menores.
“Quiero seguir trabajando duro para regresar, aunque no sepa cuándo será”, señaló. “Tal vez mañana esté aquí otra vez, no lo sé. Pero seguiré dando mi mejor esfuerzo, para poder ayudar a este equipo a ganar”.
Analistas resaltaron la disciplina que mostró Montero en el home, al dejar pasar muchos pitcheos y tomar tres boletos en 16 apariciones legales.
“Eso fue importante”, apuntó. “Aquí (en las mayores) es un poco diferente. Hay que ver más lanzamientos, debes competir más. Es lo que hice. Fui paciente, esperando mi pitcheo, y por eso cosas buenas sucedieron”.
Ignacio Serrano
Publicado en El-Nacional.com, el lunes 20 de julio de 2015.