El manager de los Tigres protestó, pero sin frutos. A Ian Kinsler no le gustó un pitcheo sentenciado como strike (que según los radares mordió apenas la esquina, pero la mordió) y al fallar con el siguiente envío, porque quebró el bate y lo arrojó hacia atrás, en dirección del umpire venezolano, éste lo sacó del encuentro. ¿Exceso de rigor o justicia de Manuel González?
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