El Emergente
Por Ignacio Serrano
Tommy Pham fue a batear como emergente el viernes pasado y conectó la bola con solidez. Tanta, que la pelota salió del parque y el toletero de los Cardenales pisó todas las bases, con un jonrón.
Thomas Pham. El mismo que trajeron los Leones la temporada pasada. El que fue despedido entre abucheos, luego de apenas ligar para .143 en 63 viajes al plato con los melenudos.
Así es el beisbol, dijeron muchos. Y recordaron el caso de Eric Karros.
Pham tiene la posibilidad de desarrollar una larga y fructífera carrera en las Grandes Ligas. Este año tuvo su segunda experiencia arriba, la primera con más que un puñado de juegos, y se ganó un puesto en el roster de postemporada de San Luis, gracias a una estupenda línea ofensiva de .268/.347/.477, con .824 de OPS y un OPS ajustado 22 por ciento mejor que la media de las Grandes Ligas.
¿Cuál es el futuro del toletero derecho? Imposible saberlo ya. El tiempo dirá si lo que hizo en triple A hace un año y lo que mostró esta vez en la gran carpa es el inicio de una gran carrera. Por lo pronto, aún no tiene un lugar fijo arriba. Le toca pelear por eso.
Karros era una especie de predestinado. Oscar Prieto Párraga se lo trajo a Venezuela gracias a la estupenda relación que él y su padre desarrollaron con los Dodgers. Era un tiro al piso, como dice el lugar común.
Había bateado en clase A y doble A, la primera vez que vino con el Caracas. Acá no pudo. Pero en Los Ángeles le tenían como uno de sus principales prospectos y al año siguiente volvieron a enviarlo a Venezuela, luego de triturar el pitcheo en triple A y lograr su ascenso a la MLB.
Karros tampoco pudo esa segunda vez. Su caso se hizo célebre entre la fanaticada venezolana. En total, contando ambas justas, dejó un average de .208, con 22 empujadas en 72 encuentros.
Apenas meses después, el inicialista se convirtió en el primera base titular de los Dodgers, ganó el premio Novato del Año y comenzó una carrera de 15 temporadas en las Grandes Ligas. Cinco veces sacó 30 jonrones. Cinco veces empujó por lo menos 100.
¿Cómo podía fallar de manera tan rotunda alguien que luego puso esos números?
Pham todavía es una pálida referencia, un caso que recuerda, pero aún no calca la historia de Karros. Y sin embargo, está en esa senda.
Los Leones trajeron poco después a otro inicialista llamado Brian Traxler, sin los números ni el pedigrí de aquel al que despidieron. La afición todavía recuerda lo hecho por “el gordito”, como le decían todos.
Traxler murió hace poco, prematuramente. Pero los asistentes al estadio Universitario en los años 90 no olvidarán jamás las líneas que conectó, pese a que nunca pudo brillar en las mayores.
¿Pudo haber brillado Pham en la LVBP? Quizás sí. Pero una parte de la fanaticada, impaciente, empezó a exigirle los tablazos que no daba. El estadounidense se presionó y cayó en un hueco. Ya no hubo quien le sacara de allí, por más que lo intentara cada tarde, trabajando con los coaches de bateo de los felinos.
Así es la pelota Caribe: cortoplacista, injusta, con aficionados que a veces juegan en contra, sin saberlo, y con potenciales estrellas que pueden menos que peloteros de discreto trayecto.
Caracas obtuvo aquella vez mucho más rédito de Traxler, como luego de Josh Kroeger y ahora de Félix Pérez. Así es el beisbol.
Publicado en El Nacional, el miércoles 14 de octubre de 2015.