El Emergente
Por Ignacio Serrano
El swing fue rápido, compacto, armónico. La pelota salió disparada hacia el right, a toda velocidad, casi en línea. Asdrúbal Cabrera completó el movimiento, soltando el bate con ligereza, casi, con una confianza que lo decía todo.
El campocorto está de vuelta a su mejor forma.
El jonrón que largó Cabrera la noche del martes, para sentenciar a los Tigres, fue una muestra más del buen momento que vive y de cómo ha regresado al primer plano.
Ha hecho menos ruido de lo que deberían haber escuchado quienes pasan a su lado. Claro, los Rays están fuera de carrera y pocos se fijan en las piezas de equipos perdedores. Para más inri, inició la temporada tan mal, su actuación ofensiva fue tan pobre, que parecía más una enana blanca, una estrella en vías de extinción, que ese buen pelotero que es hoy.
El contraste lo dice todo.
Entre el 6 de abril y el 10 de julio, el anzoatiguense bateó para .220/.272/.347, con 5 jonrones y .619 de OPS, en 324 apariciones en el plato.
A partir del 11 de julio, su línea es impactante, con .337/.380/.554, con .935 de OPS y 9 vuelacercas en 213 viajes al home.
Aquel era un toletero inofensivo, un shortstop en vías de convertirse en utility, a lo sumo. Este otro es un astro sin dudas, un bate estelar.
La reacción llegó en el mejor momento. Cabrera será agente libre después de la Serie Mundial, salvo que ocurra algo inesperado, y en noviembre deberá enfrentar un mercado donde volverá a pedir un contrato multianual, ese que no consiguió hace 10 meses, debido al declive que sufrió en Cleveland y que no se detuvo en los tres meses que pasó en Washington, la zafra pasada.
¿Conseguirá ese pacto por varias campañas? El martes, el criollo habló de su deseo de permanecer en Tampa. Es lo conducente. Lo que se debe decir en esas entrevistas.
Los Rays no suelen firmar por varios años a peloteros que no sean claramente la piedra angular de la organización. Evan Longoria lo es y pactó. David Price no. Tampoco Ben Zobrist o James Shields.
Cabrera seguramente volverá a recibir propuestas por una temporada. Quizás deba resignarse a aceptar de nuevo un acuerdo así, lejano a sus aspiraciones. Pero ha dado el primer paso en el camino de regreso al estatus que alguna vez disfrutó.
Su defensa sigue bajo evaluación. Baseball Reference calcula el número de asistencias y outs de cada pelotero, por juego y por cada nueve innings. Lo llama “Factor de Alcance”. Ofrece la posibilidad de contrastar eso con la media de las Grandes Ligas. En todos los casos, el nativo de Puerto La Cruz está por debajo del promedio de la MLB.
Su manager Kevin Cash fue su coach en Cleveland. Ha vertido elogios sobre el guante de Cabrera. Tiene basamento. Por primera vez desde 2012 su WAR defensivo no es negativo, pero sí lo es su UZR. De hecho, es octavo en la Liga Americana según este último baremo.
Eso no es malo, necesariamente. Alcides Escobar está en las posiciones cimeras de cada renglón. Su compatriota está en el medio del ranking.
¿Conseguirá el contrato multianual que desea? Imposible saberlo, aunque no luce seguro. Pero sí está claro que ha mejorado todos sus números ofensivos y ha vuelto a ser un jugador capaz de ganar encuentros.
Escobar alguna vez fue figura en la Liga Americana. Este 2015 ha sido el año de su regreso.
Publicado en El Nacional, el jueves 1° de octubre de 2015.