El Emergente
Publicado en El Nacional, el sábado 26 de septiembre de 2015.
Por Ignacio Serrano
Luis Jiménez comenzó a practicar en Margarita. Por segunda temporada seguida, el bateador zurdo con más jonrones en la historia de la LVBP aparecerá en el mismo lineup que el bateador derecho con más cuadrangulares en el circuito, Eliézer Alfonzo.
No es poca cosa, esa rareza. Antes de que Alfonzo superara a Robert Pérez, a mediados de la pasada eliminatoria, era casi impensable algo así. Pero es posible encontrar antecedentes que se hermanan con la presencia de los dos sluggers en el Stadium Nueva Esparta.
¿Ocurrió antes algo así? Hay que rebuscar entre los anales de la pelota venezolana, con paciencia.
Víctor Davalillo y Antonio Armas compartieron en el orden ofensivo del Caracas entre 1971 y 1976, y nuevamente a finales de 1986. La primera vez, aquel era la gran figura ofensiva del circuito y este se preparaba para ser parte del relevo. En la segunda, ocurrió lo inédito.
La temporada 1986-1987 marcó el final de la larguísima y celebrada carrera de Vitico. Fue su trigésima campaña, nada menos. Tenía 50 años de edad, y Oscar Prieto Párraga se lo trajo a los Leones, procedente de los Tigres, para poner fin a un exilio que la fanaticada capitalina difícilmente aceptó.
Aquel movimiento de Prieto Párraga le permitió a Davalillo cerrar con un toque poético, golpear los 16 hits que le faltaban para ser el primero con 1.500 en la LVBP y retirarse con el uniforme a rayas de los melenudos.
También permitió que el bateador derecho con más jonrones en la historia de la liga coincidiera con el toletero zurdo con más cuadrangulares.
Armas ya había superado al legendario Camaleón García, quien a su vez había dejado atrás a Dalmiro Finol, otra leyenda de nuestro beisbol. El nativo de Puerto Píritu comenzó aquel torneo con 78 vuelacercas. Vitico tenía 34.
Ningún otro zurdo sumaba más bambinazos que el zuliano. Sólo otros cuatro presentaban más de 25 en su hoja de servicios. Todos, por cierto, importados: Clint Hurdle, Dave Roberts, Adrian Garrett y Orlando Reyes.
Hurdle estuvo muy cerca de dar caza a Davalillo, pero cuando llegó a 28 en su cuenta acumulada, después de su segunda justa con los Tiburones, el nativo de Cabimas ya mostraba 33.
La marca, antes de él, perteneció a Roberts, un panameño de buena estatura, presencia constante en la LVBP, primero con La Guaira y luego con Lara. Cuando cerró su paso por la liga, en 1968, había escalado a 30, la marca que rebasaría Vitico en la campaña 1979-1980, aquel torneo maravilloso en el que Baudilio Díaz quebró el registro de 19 jonrones de Bob Darwin y el propio Davalillo se convirtió en el único jugador con una cosecha de 100 hits.
Hubo al menos otro caso. Usando el motor de búsqueda de PuraPelota.com encontramos un antecedente, tal vez el primero: en la zafra 1950-1951 coincidieron con el Cervecería dos peloteros que muy merecidamente están en nuestro Salón de la Fama. Se trata de Finol y Ramón Fernández, integrantes de los Héroes del 41.
Finol, un toletero derecho, cerró aquella justa con 32, la máxima cantidad en la liga para entonces. Y Dumbo Fernández tenía 19, el mayor acumulado para un zurdo. Y aunque al año siguiente fue enviado al Vargas, tuvo tiempo de compartir con el Ovejo como la pareja de zurdo y derecho con más vuelacercas en nuestra pelota, en el mismo lineup.
Esa es la historia que revive en Margarita.